Luego de que una comparación suya entre la comunidad latina en Estados Unidos y los tacos causara inconformidad entre la comunidad hispanoamericana, la primera dama, Jill Biden, manifestó una disculpa pública.
La esposa del presidente Joe Biden participó en la conferencia anual de la organización pro-latina UnidosUS, celebrada el 11 de julio en San Antonio, Texas, donde afirmó que la comunidad latina es tan única como su gastronomía.
«La diversidad de esta comunidad, tan distinguida como las bodegas del Bronx, tan hermosa como las floraciones en Miami y tan única como los tacos del desayuno aquí en San Antonio, es su fuerza», declaró la primera dama de Estados Unidos durante su discurso.
Ante las críticas por una supuesta actitud racista, discriminatoria y prejuiciosa, Jill Biden se disculpó mediante una postura dada a conocer por su representante ante la prensa, Michael LaRosa.
«La primera dama se disculpa de que sus palabras hayan transmitido algo más que pura admiración y amor por la comunidad latina», sostuvo el secretario de comunicación de la pareja de Biden.
La comparación fue considerada estereotipante e inadecuada para la realidad multicultural de la comunidad hispana en la Unión Americana, de acuerdo con declaraciones de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ, por sus siglas en inglés).
«Nuestra misión es asegurar que la comunidad latina sea justa y adecuadamente representada en los medios de comunicación. Esperamos que este incidente detone una discusión más reflexiva en el futuro acerca de cómo expresar la diversidad y los problemas que encaran los latinos en el país», abundó la organización.
Las declaraciones de Jill Biden, de 71 años, sucedieron un día antes del encuentro bilateral entre México y Estados Unidos en la Casa Blanca. Allí, los mandatarios Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador sostuvieron un diálogo que no estuvo exento de tensiones y polémica, sobre todo por los temas que se abordaron: la migración irregular, el conflicto en Ucrania, el avance comercial de China, la inflación alta en el mundo, la crisis de los energéticos y hasta los agravios que en el pasado cometió Estados Unidos en contra del país latinoamericano.
Sin embargo, ambos presidentes se comprometieron a trabajar conjuntamente para fortalecer la economía de América del Norte y, sobre todo, para controlar los flujos migratorios provenientes de México y Centroamérica, así como para frenar las presiones inflacionarias provocadas por la crisis en Europa del Este.