Pese a las sanciones antirrusas y la exclusión del fútbol ruso de todos los torneos de la FIFA y la UEFA, el juego más popular sigue vivo en este país, además de talla internacional, lo que mostró el partido por la Supercopa de Rusia, disputado por el Zenit San Petersburgo, campeón liguero, y el Spartak Moscú, ganador de la Copa.
El Zenit derrotó al Spartak por 4-0 y ganó su séptima Supercopa de Rusia, y la tercera consecutiva.
El tiempo nublado, pero no lluvioso, con 20 grados sobre cero resultó benigno para que el 9 de julio en el coloso ‘Gazprom Аrena’ de San Petersburgo, la antigua capital imperial de Rusia, se dieran cita más de 55.000 espectadores, a fin de alentar a sus equipos en el encuentro por la Súpercopa de Rusia 2022.
Este partido, además, sirvió de preludio a la nueva temporada futbolística profesional de Rusia 2022-2023 que arranca el próximo 15 de julio.
La previa al encuentro fue bastante emotiva.
Así, la víspera de la Supercopa, el antiguo estadio Petrovski, acogió un partido que a nadie dejó indiferente: se enfrentaron en la cancha las leyendas de ambos equipos protagonistas.
Los espectadores se deleitaron a plenitud viendo jugar a maestros del fútbol ruso que pasearon su calidad en el continente europeo que no hace mucho tiempo atrás brillaron en clubes del Viejo Continente, como Ziriánov,Timoschuk, Rádchenko, Arshavin, Kerzhakov y Bystrov, por el FC Zenit; y Filimónov, Zhirkov, Tíjonov, Titov, Buznikin y Alénichev, por el FC Spartak.
El resultado 2-0 a favor del equipo de casa –con goles de Román Shirókov y Alexandr Kerzhakov– no causó desagrado en el equipo capitalino, pues bastó con ver la elegancia del fútbol de los veteranos en acción, la perspicacia de Arshavin, la técnica de Titov y el olfato de gol de Kerzhakov y Shirókov.
El choque Zenit-Spartak por la Supercopa, fue bastante polémico ya de entrada porque la afición del club capitalino, en señal de desacuerdo con asignar a San Petersburgo como la sede la la Supercopa, inclusive iban a boicotear el partido.
Sin embargo, más de la mitad de la afición que llenó a tope las gradas de Gazprom Arena, eran los hinchas del Spartak.
Ambos equipos venían al encuentro con interesantes novedades, el Zenit, se reforzó con el mediocampista Zelimjam Bakáev –ex futbolista del Spartak, el delantero centro Iván Serguéev, fichado del FC Krylia Sovétov, y con el bombardero colombiano Mateo Cassierra, uno de los dos mejores goleadores de la Premier Liga de Rusia de la temporada pasada jugando por el FC Sochi, mientras que en el FC Spartak, su nuevo joven entrenador, el español Guillermo Abascal, de 33 años, estaba dispuesto a afrontar su primera prueba de fuego.
Spartak demostró en los primeros minutos de juego audacia en sus acciones: presión atrevida, ataques frontales con sangre fría mediante pases cortos y dos buenos tiros de esquina –decían a las claras las pretensiones de los dirigidos por el joven estratega pelirrojo español: un esquema netamente ofensivo.
El delantero punta local, Iván Seguéev, no creaba situaciones de peligro en la defensa de los visitantes, pero es un jugador de tiro libre y episodios en el área.
¡Y llegó el momento en que logró demostrar su valía! El gol que anotó Serguéev en el minuto 29 desde fuera del área grande fue fantástico.
Los locales, cuyo dominió se hizo más notable tras el primer gol, tardaron tan solo cinco minutos para ampliar su ventaja a dos.
Serguéev inventó una pared clásica con Wendel, “al estilo del Spartak”, tras lo cual Douglas Santos cortó la zaga de los visitantes con un pase de bisturí, y Malcolm corrió al arco defendido por Alexander Sélikhov, que quedó regado en el camino y Zenit se puso por 2 a 0.
En el descanso todos estaban pendientes de qué decisiones tomaría el técnico del Spartak para dar vuelta al partido.
Tras el descanso, Abascal envió al campo de juego a Zinkovski, quien se convirtió en una locomotora de la ofensiva cambiando el esquema del Spartak. Los rojiblancos sin duda tuvieron la oportunidad de salvar el partido, pero a Dzhikia y a Denísov les faltó presición.
Mientras, el Zenit no perdió concentración en el inicio de la segunda parte. Es más, ya en el minuto 46, los blanquiazules armaron un letal contragolpe, y el trío brasileño –Wendel, Malcolm y Claudinho–, protagonizaron un carnaval carioca en el campo de fútbol, anotando el tercer gol, después del cual Spartak prácticamente tiró las armas.
El novato colombiano del Zenit, Mateo Cassierra, demostró que es un verdadero goleador y en los últimos segundos del partido puso el cuarto, enterrando completamente al FC Spartak.
En la conferencia de prensa al término del partido, el entrenador del Spartak, Guillermo Abascal dijo: “Desafortunadamente, sufrimos una gran derrota… El resultado y el marcador no reflejan del todo lo que sucedió en el campo de juego. Nos faltó implementación en la etapa final del ataque. No podemos darnos el lujo de hacer tales regalos a los rivales. Sin embargo, el trabajo que hemos hecho dará sus frutos. Quiero disculparme ante los fanáticos por el hecho de que no ganamos hoy”.
A su vez, Serguéi Semak, director técnico del FC Zenit, declaró: “Quiero felicitar a nuestros fans, en mi opinión se vio un buen fútbol, el partido resultó interesante. En la primera parte del encuentro el Spartak se movió muy bien, luego se cansó, aparecieron zonas para nosotros. Creo que estamos bien preparados para la temporada que empezará la próxima semana”.
Realmente, la Supercopa 2022 ha sido un preámbulo precioso de la temporada a punto de comenzar, en la que el Zenit ya de entrada se perfila como favorito para volver a ganar la Liga, más aún que su técnico dispone prácticamente de dos plantillas de fuerza igual.