MOSCÚ — El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, confirmó que dejará el cargo el 13 de julio, tal y como había avanzado dos días antes el líder parlamentario Mahinda Yapa Abeywardena.
Así lo comunicaron este lunes el periódico Daily Mirror, que afirma haber recibido esa información de fuentes políticas de alto nivel, y el diario digital Ada Derana, que cita a la oficina de prensa del primer ministro.
«En una conversación que mantuvo con el primer ministro Ranil Wickremesinghe después de la protesta nacional del sábado, Rajapaksa confirmó que terminaría su presidencia el 13 de julio, lo que permitiría a Wickremesinghe o un nuevo líder prestar juramento», escribe Daily Mirror.
Según el periódico, Wickremesinghe cuenta con una mayoría de casi 115 escaños en el Parlamento. Varios diputados le han pedido que asuma la presidencia y no dimita en plena crisis económica, cuando el país continúa las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
El presidente del Parlamento esrilanqués, Mahinda Yapa Abeywardana, adelantó el 9 de julio en un comunicado televisivo que el jefe de Estado dimitiría el 13 de julio, «para garantizar una transición política».
También el primer ministro Ranil Wickremesinghe anunció el sábado, en una reunión con los líderes políticos, la disposición de renunciar para allanar el camino hacia un gobierno de unidad.
El presidente Rajapaksa fue evacuado a un lugar seguro el sábado antes de que miles de manifestantes invadieran las residencias oficiales en Colombo y sigue en paradero desconocido.
Para las 14:00 de este 11 de julio (GMT+5:30), según Ada Derana, está programada una reunión del líder parlamentario con los jefes de los principales partidos políticos. Las consultas se centrarán en «la formación de un nuevo gobierno» y podrían derivar en un acuerdo definitivo sobre las futuras medidas para zanjar la crisis.
Sri Lanka vive la peor crisis económica desde que obtuvo la independencia en 1948.
El país sufre una grave escasez de alimentos, combustibles y otros bienes de primera necesidad ante la falta de divisas para sus importaciones.
Los ingresos del país se vieron mermados por la reducción del turismo como consecuencia de las restricciones por la pandemia del coronavirus y otros factores.
El 12 de abril, Sri Lanka suspendió el pago de su deuda externa que asciende a más de 50.000 millones de dólares y actualmente mantiene conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para reestructurar el endeudamiento.