MOSCÚ — El Gobierno de Japón admitió «fallos de seguridad» detrás del asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe.
«Reconocemos que hubo fallos a la hora de garantizar la seguridad, tanto en la actuación de agentes en el terreno como al nivel de la Agencia Nacional de Policía», declaró el secretario general del gabinete, Hirokazu Matsuno, durante una rueda de prensa.
También el jefe de la policía de la prefectura de Nara, Tomoaki Onizuka, admitió el sábado que «hubo innegablemente problemas con las medidas de vigilancia y seguridad del ex primer ministro Abe» y se pronunció por llevar a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer lo que pasó.
El ex primer ministro nipón Shinzo Abe, de 67 años, sufrió heridas de bala mortales el 8 de julio durante su asistencia a un acto electoral en la ciudad de Nara, capital de la prefectura homónima del oeste de Japón.
El asesino del líder político actuó en solitario, con un arma casera, y fue identificado como Yamagami Tetsuya, un desempleado de 41 años y exmiembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa.
Tras su detención, Tetsuya confesó que llevaba meses planificando el atentado contra Abe, por sus presuntos vínculos a un grupo religioso al que culpaba de la ruina financiera de su madre.
Shinzo Abe fue presidente del Partido Liberal Democrático y primer ministro de Japón de 2006 a 2007 y de 2012 a 2020.
El velatorio del político tendrá lugar este lunes en el templo budista de Zojoji, en Tokio. El funeral está programado en el mismo lugar para el martes.