El Kremlin ha decidido que la propiedad de la operación de GNL debe cambiarse a una nueva entidad nacional
El presidente Vladimir Putin ha firmado un decreto para transferir los derechos del gigantesco proyecto de petróleo y gas natural licuado Sakhalin-2 a una nueva empresa rusa. La medida se produce en respuesta a las acciones de los «estados hostiles» y podría obligar a las partes interesadas extranjeras a salir, incluidos los inversores británicos y japoneses.
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¿Qué es Sakhalin-2?
Es uno de los proyectos de GNL más grandes del mundo con una producción anual de 12 millones de toneladas. La empresa conjunta entre Gazprom de Rusia, Mitsui y Mitsubishi de Japón y Shell, con sede en el Reino Unido, se lanzó en 2009. La instalación está ubicada en la isla rusa de Sakhalin en el Océano Pacífico, al norte de Japón. Suministra GNL principalmente a los mercados de Asia.
¿Quiénes son los interesados en el proyecto?
Sakhalin-2 fue administrado y operado por Sakhalin Energy Investment Company.
La participación mayoritaria (50%) más una acción pertenece al gigante energético de San Petersburgo, Gazprom. Shell, el comerciante de GNL más grande del mundo, tiene una participación del 27,5 % menos una acción, la participación de Mitsui asciende al 12,5 %, mientras que Mitsubishi tiene una participación del 10 % en el proyecto.
¿Qué dice el decreto de Putin?
La orden presidencial crea una nueva empresa rusa para hacerse cargo de todos los derechos y obligaciones de Sakhalin Energy Investment. Gazprom mantendrá su participación mientras que los otros socios tienen un mes para indicar si quieren una participación en la nueva empresa. Si el gobierno ruso deniega el permiso, las participaciones se venderán y las ganancias de la venta se transferirán a una cuenta especial.
Luego, el dinero podría usarse para pagar daños no especificados o enviarse al accionista en virtud del acuerdo de producción compartida, según el decreto. Aquellos que optaron por salir pueden no ser completamente compensados.
¿Rusia nacionaliza el proyecto?
El cambio de propiedad de Sakhalin-2 no puede considerarse nacionalización, según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. Cuando los periodistas le preguntaron el viernes si seguirían otros proyectos de energía, Peskov respondió que cada situación se considerará caso por caso.
¿Cómo han reaccionado los actores extranjeros?
Shell dijo el viernes que la compañía estaba al tanto del decreto y estaba “evaluando sus implicaciones”. La firma dejó en claro su intención de abandonar el proyecto hace meses y ha estado en conversaciones con compradores potenciales, incluso de China e India. Esos planes parecen estar en peligro.
Japón ha dicho anteriormente que no renunciaría a sus intereses en el proyecto Sakhalin-2, que es importante para su seguridad energética. Moscú acusó anteriormente a Japón de beneficiarse de su participación en el proyecto siendo una “nación hostil” que se unió a Occidente para imponer sanciones a Rusia. No será fácil para Japón retirarse del proyecto, señalan los expertos. Según los informes, reemplazar el GNL ruso de Sakhalin-2 le costaría a Tokio $ 15 mil millones, y el precio de las importaciones aumentaría un 35% si Mitsui y Mitsubishi optan por no participar. Pero ahora Rusia podría tomar la decisión por Japón y redirigir sus importaciones a otras naciones, como China, India o Vietnam.
¿Podrían los cambios obstaculizar el suministro de GNL?
Moscú no ve motivos para detener los suministros de Sakhalin-2 después de que el nuevo operador se haga cargo. Sin embargo, algunos analistas advierten que la medida puede desestabilizar un mercado de GNL ya ajustado, teniendo en cuenta que la Unión Europea se suma a una mayor competencia por el gas natural licuado en medio de una crisis energética mundial. Sakhalin-2 suministra alrededor del 4% del mercado mundial actual de GNL