La victoria de Gustavo Petro en Colombia abre profundas interrogantes sobre el curso de la política de Estados Unidos hacia su principal aliado en la región, estiman hoy comentaristas y medios de prensa.
Un informe publicado por el diario Politico define la situación como “el nuevo acto de malabarismo del (presidente Joe) Biden en Latinoamérica: cómo manejar al nuevo presidente de Colombia”
Los lazos de Estados Unidos con el principal aliado regional, socio extraterritorial y según expertos portaviones terrestre de la OTAN en sus planes expansionistas en América Latina, podrían ponerse a prueba con la elección de su líder izquierdista.
Suscrito por Sabrina Rodríguez, corresponsal nacional de Politico, el texto precisa que la victoria de la izquierda en la nación suramericana marcó un giro histórico pero, también podría convertirse en un dolor de cabeza para el presidente Biden.
El triunfo plantea nuevos obstáculos para Washington, ya que puede reajustar la antigua alianza de los dos países, que cuenta con el apoyo bipartidista durante décadas.
La llegada de Petro provocó un revuelo entre los conservadores y algunos moderados, pero, al parecer, la administración Biden adopta un enfoque cauteloso, buscando puntos de interés compartido.
En privado, sostuvo el análisis, la administración ve algunas oportunidades en medio de los desafíos. Funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional y del Departamento de Estado, que durante meses se prepararon para este momento consideran que hay escenarios donde ambos gobiernos pueden encontrar algún terreno común.
En última instancia, la dirección de la relación dependerá de Petro, dijo Dan Restrepo,
Un informe publicado por el diario Politico define la situación como “el nuevo acto de malabarismo del (presidente Joe) Biden en Latinoamérica: cómo manejar al nuevo presidente de Colombia”
Los lazos de Estados Unidos con el principal aliado regional, socio extraterritorial y según expertos portaviones terrestre de la OTAN en sus planes expansionistas en América Latina, podrían ponerse a prueba con la elección de su líder izquierdista.
Suscrito por Sabrina Rodríguez, corresponsal nacional de Politico, el texto precisa que la victoria de la izquierda en la nación suramericana marcó un giro histórico pero, también podría convertirse en un dolor de cabeza para el presidente Biden.
El triunfo plantea nuevos obstáculos para Washington, ya que puede reajustar la antigua alianza de los dos países, que cuenta con el apoyo bipartidista durante décadas.
La llegada de Petro provocó un revuelo entre los conservadores y algunos moderados, pero, al parecer, la administración Biden adopta un enfoque cauteloso, buscando puntos de interés compartido.
En privado, sostuvo el análisis, la administración ve algunas oportunidades en medio de los desafíos. Funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional y del Departamento de Estado, que durante meses se prepararon para este momento consideran que hay escenarios donde ambos gobiernos pueden encontrar algún terreno común.
En última instancia, la dirección de la relación dependerá de Petro, dijo Dan Restrepo, uno de los principales asesores sobre América Latina de Barack Obama.
«A diferencia de otros, ni Biden ni su equipo prejuzgan o anticipan hacia dónde va a ir esto. Van a comprometerse», dijo. «Más compromiso en lugar de menos tiene sentido en tiempos de cambio político», puntualizó.
Sin embargo, señaló el análisis, en Florida, donde se asienta el espectro más conservador de la derecha latinoamericana la reacción a la elección de Petro fue negativa.
Annette Taddeo, una senadora estatal demócrata de Florida que se presenta como candidata al Congreso, que es colombiano-estadounidense, instó a los funcionarios de Biden a proceder con «mucha cautela» y «estar atentos a cualquier movimiento que sea preocupante.»
Sin embargo, algunos demócratas nacionales ya ven a Florida como algo que ya no es esencial para ganar la Casa Blanca.
Los rápidos movimientos de la administración Biden para comprometerse con el proximo ocupante de la Casa de Nariño sugieren que Estados Unidos se toma en serio la idea de mantener al país sudamericano cerca en lugar de aislar al líder izquierdista antes de que empiece, dijeron varios exfuncionarios estadounidenses y expertos.
Sin embargo, ya surgieron claros puntos de tensión entre las dos naciones más cuando las próximas autoridades en Bogotá estiman que la guerra contra las drogas liderada por Washington es un completo fracaso y desean también reducir las exportaciones de petróleo y renegociar los términos del acuerdo de libre comercio.
No obstante, expertos como Benjamin Gedan, exdirector para América del Sur en el Consejo de Seguridad Nacional bajo Obama y actual subdirector del programa para América Latina del Wilson Center señaló que sin exagerar lo amigable que puede ser la relación, es posible trabajar en áreas donde los acuerdos serían sustanciales.