MOSCÚ — La Embajada de Rusia en Estados Unidos rechazó en términos contundentes el reciente informe de Amnistía Internacional sobre el uso de municiones de racimo en los bombardeos sobre la ciudad de Járkov, en el norte de Ucrania.
El 13 de junio, Amnistía Internacional acusó a Rusia de haber realizado «ataques indiscriminados» contra Járkov y haber «utilizado de forma reiterada municiones de racimo 9N210 y 9N235, así como minas dispersables, ambas prohibidas por tratados internacionales».
Para la Embajada de Rusia en Washington, «los llamados defensores de derechos humanos no hacen sino servir a los intereses de las clases gobernantes locales en medio de la rusofobia actual».
«Difunden el bulo de que las Fuerzas Armadas de Rusia usaron municiones de racimo contra civiles en Járkov y hacen caso omiso de los bombardeos que nacionalistas ucranianos realizan sobre los barrios residenciales de Donetsk con armamento occidental», publicó la legación diplomática en Telegram.
La Embajada negó que las tropas rusas cometan crímenes de guerra en Ucrania.
«Es mentira. Las Fuerzas Armadas de Rusia protegen a los civiles de Donbás de los nazis, mientras que EEUU y varios países de Europa arropan a estos últimos», denunció.
La Embajada recordó que Washington se empeña en rechazar en la Asamblea General de la ONU un proyecto de resolución, copatrocinado por la Federación de Rusia, que insta a combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia.