Dos ciudadanos del Reino Unido y un hombre marroquí, que lucharon por Kiev, comparecieron ante el Tribunal Supremo en Donetsk
Un tribunal de Donetsk ha condenado a muerte a tres hombres extranjeros que sirvieron en las fuerzas ucranianas y lucharon por Kiev en la República Popular de Donetsk (RPD). Los ciudadanos británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner, así como el marroquí Saadun Ibrahim, fueron declarados culpables el jueves de actuar como mercenarios e intentar tomar el poder por la fuerza en la RPD.
También fueron acusados de recibir entrenamiento para llevar a cabo actividades terroristas en el territorio del Estado, que fue reconocido por Rusia en febrero. Kiev, y la mayor parte del mundo, la considera una provincia separatista de Ucrania.
Según las leyes de la DPR, la toma forzosa del poder conlleva una pena de entre 12 y 20 años tras las rejas, pero puede escalarse a la pena capital debido a las circunstancias agravantes del tiempo de guerra. Actuar como mercenario se castiga con una pena de prisión de tres a siete años.
Los tres hombres fueron juzgados por varios cargos criminales. Se declararon culpables de “recibir entrenamiento con el fin de llevar a cabo actividades terroristas” e intentar derrocar por la fuerza al gobierno de Donetsk, pero negaron ser mercenarios contratados por Kiev.
Los hombres condenados pueden apelar la decisión en la corte, lo que planean hacer, o solicitar un indulto al jefe de la DPR. Si ganan la apelación, la pena capital podría reducirse hasta 25 años de prisión. De acuerdo con las leyes del DPR, la pena de muerte se lleva a cabo mediante un pelotón de fusilamiento.
Los tres combatientes fueron capturados en o cerca de Mariupol, una ciudad portuaria que la RPD reclama como parte de su territorio soberano. Fueron semanas de intensos combates y, finalmente, un bloqueo de miles de tropas ucranianas en una planta siderúrgica. Más tarde se rindieron a las fuerzas rusas y de la RPD.
Londres ha exigido que sus ciudadanos sean tratados como prisioneros de guerra bajo las Convenciones de Ginebra. Sin embargo, Gran Bretaña no está formalmente en guerra con la RPD.
Las autoridades de la RPD han dicho que los consideran mercenarios, a quienes no se les otorgan los mismos privilegios que a los combatientes regulares según el derecho internacional.