La nueva embajadora de EEUU en Ucrania, Bridget Bink, tuvo un estreno a toda orquesta y a tono, afinando armoniosamente con el belicismo de su jefe, el presidente Joe Biden. Con el actor Volodímir Zelenski en la entrega de sus credenciales, Bink disparó a discreción: prácticamente dio la venia para que Kiev ataque territorio ruso con armas de EEUU.
¿Embajadora de la guerra?
Con la alfombra roja a sus pies en el escenario de Kiev, Brink afirmó que las Fuerzas Armadas de Ucrania determinarán por sí mismas el alcance de los sistemas de lanzacohetes múltiples HIMARS de alta precisión suministrados por EEUU.
De esta manera, brindaba una suerte de carta blanca a Zelenski para atacar territorio ruso, todo pese a las advertencias lanzadas por las autoridades rusas ante esta posibilidad.
Y un mensaje beligerante que daba Brink a unas autoridades ucranianas que han demostrado ser de mecha corta, pese a las palabras pronunciadas un día antes por su jefe más directo, el secretario de Estado de EEUU, quien había declarado que Kiev le había prometido a Washington que no usará las armas estadounidenses para atacar territorio ruso.
Leña al fuego
El analista internacional, Eduardo Luque, indica que estas declaraciones de la embajadora de EEUU en Ucrania no ayudan, sino que lanzan más gasolina a la hoguera, «poque sabemos que el Gobierno de Zelenski está dominado por los sectores más ultranacionalistas, más fascistas, dispuestos a llegar al holocausto nuclear si fuera necesario».
«Esta gente ha perdido hasta el más pequeño contacto con la razón y con la humanidad», advierte el analista.
En este sentido, y al referirse a los actuales líderes occidentales, Luque constata que «esta es la realidad del medio ambiente político que nos rodea, de cómo el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, lo que están haciendo es crear una élite de políticos que son los que ahora están dominando la escena internacional en Europa, y que además carecen de una consistencia intelectual suficientemente fuerte. Estos son los personajes que ahora mismo están en los Gobiernos de Occidente», sentencia Eduardo Luque.