Pacientes con cáncer reclaman daños y perjuicios al operador de Fukushima en Japón


Seis demandantes, que eran niños en el momento del desastre de 2011, buscan una compensación de casi cinco millones de dólares.

Un tribunal de Tokio comenzó las audiencias el jueves en una demanda histórica presentada por seis pacientes de cáncer contra el operador de la planta de energía nuclear de Fukushima. Los demandantes eran niños en el momento del desastre de 2011, cuando la planta quedó paralizada en un devastador terremoto y posterior tsunami, y desarrollaron cáncer de tiroides más tarde en la vida.

El grupo busca un total de 616 millones de yenes (4,9 millones de dólares) en daños del operador de Fukushima, Tokyo Electric Power Company Holdings (TEPCO). Los demandantes creen que el operador de la planta es responsable de sus enfermedades y del impacto que han tenido en sus vidas.

“Debido a los tratamientos, no pude asistir a la universidad, ni continuar mis estudios para mi futuro trabajo, ni ir a un concierto. Tuve que renunciar a todo”, dijo al tribunal una de las demandantes, identificada solo como una mujer de unos 20 años. “Quiero recuperar mi cuerpo sano, pero eso es imposible, no importa cuánto lo desee”.

Los demandantes, que tenían entre 6 y 16 años en el momento del desastre y vivían en diferentes partes de la prefectura de Fukushima, fueron diagnosticados con cáncer de tiroides entre 2012 y 2018, según sus abogados.

Sin embargo, el equipo legal de TEPCO le dijo a la corte que los demandantes no estuvieron expuestos a suficiente radiación para causar cáncer, citando pruebas que se habían realizado en unos 1,000 niños que vivían alrededor de la planta. Según los datos, más de la mitad de ellos no estuvieron expuestos a la radiación en absoluto, mientras que los demás recibieron dosis menores de radiación sin que ninguno superara los 50 milisieverts, el límite anual para los trabajadores de las centrales nucleares.

La demanda histórica, que es la primera demanda colectiva contra TEPCO por problemas de salud supuestamente relacionados con el desastre, se presentó en enero de este año. El objetivo de la demanda es establecer un vínculo sólido entre los casos de cáncer de tiroides y el desastre de 2011. Ningún vínculo de este tipo ha sido establecido hasta ahora por un equipo especial de expertos o establecido previamente por el gobierno regional que investigó el impacto del desastre en la salud.

El gobierno de Fukushima examinó a unos 380.000 residentes de 18 años o menos en el momento del accidente para detectar cáncer de tiroides, y a unos 300 se les diagnosticó cáncer o sospecha de cáncer. El equipo legal de los demandantes argumenta que la tasa de ocurrencia (alrededor de 77 por 100 000) es significativamente más alta que la habitual de uno a dos casos por millón, y solo puede vincularse a la radiación, un factor de riesgo bien conocido para el cáncer de tiroides. Los funcionarios y expertos de la prefectura han culpado de las tasas anormales a la detección excesiva y al diagnóstico excesivo.

La planta de energía de Fukushima sufrió graves daños después del terremoto de Tohoku de magnitud 9,0 de 2011 y un posterior tsunami devastador. La planta experimentó una fusión catastrófica, convirtiéndose en el peor desastre nuclear desde el incidente de Chernobyl en 1986.

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