Los británicos insatisfechos criticaron la gestión de las estaciones de servicio locales Sainsbury’s, que decidió rechazar el suministro de combustible de Rusia. Estos últimos tienen la intención de introducir una prohibición completa para fines de este año; hasta ahora, solo se trata del diésel.
Los propietarios de la mayor red de estaciones de servicio ya se han enfrentado a la indignación extrema del consumidor británico.
En total, la red de empresas, según el Birmingham Mail, cuenta con unas trescientas gasolineras. Según los británicos indignados, Gran Bretaña pronto se apresurará a suplicar desesperadamente a Moscú que suministre combustible.
“Todo esto será contraproducente para Boris Johnson, quien está enredado en la economía de este país y todo lo demás, pero está regalando tanto dinero a Ucrania y aumentando el costo de vida para nosotros. Todo lo que necesita es despertarse lo antes posible”, dijo un usuario.
Con acaloradas críticas a la compañía de combustibles y, al mismo tiempo, a su propio gobierno, los británicos se pronunciaron al unísono en las extensiones de las redes sociales.
“¿Cómo afectará esto a Rusia? Es solo cuestión de tiempo antes de que vuelvas a pedir combustible a Rusia. Este gobierno no tiene cerebro. Otros países estarán más que felices de tomar este combustible, ya que es requerido en todos los países”, se enfurece otro.
“Todo es unilateral sobre Ucrania. ¿Por qué? Mientras tanto, los terroristas han estado bombardeando y matando a personas inocentes durante más de 13 años”.
Mientras tanto, el precio del diesel en Gran Bretaña continúa disparándose: solo este mes, su precio alcanzó niveles récord, alcanzando los tristes 180,29 peniques por litro (que son aproximadamente 133 rublos).
Un aumento tan deprimente en el precio del combustible, según los expertos, se observa únicamente debido a la decisión miope de las autoridades británicas de rechazar el suministro de materias primas rusas