«No hay pánico» en Helsinki por cualquier respuesta «desagradable» a su candidatura a la OTAN, dice el ministro finlandés de Asuntos Europeos.
Helsinki fortalecería a la OTAN y aportaría mucho «valor añadido» a la alianza militar liderada por Estados Unidos, afirmó el sábado la ministra finlandesa de Asuntos Europeos, Tytti Tuppurainen, en una entrevista con Sky News.
El impulso de Finlandia para ingresar a la OTAN, que se ha visto impulsado por la crisis de Ucrania, tiene que ver con «nuestra propia resistencia» y la libertad de «maniobra de movimiento nacional», dijo Tuppurainen. Reconoció que se sabe “durante años que el Kremlin no está a favor de la ampliación de la OTAN”, pero insistió en que la medida no tiene como objetivo alimentar la confrontación con Moscú.
“Estamos preparados para todo tipo de mala voluntad y medidas desagradables contra nosotros. Pero no hay absolutamente ningún pánico. No tenemos miedo”, dijo Tuppurainen.
“Tenemos un ejército de reclutas muy fuerte. Acabamos de tomar la decisión de comprar 60 cazas F-35, estamos bien equipados y seremos un recurso para la alianza”, agregó.
El presidente ruso, Vladimir Putin, sostuvo una llamada telefónica con su homólogo finlandés, Sauli Niinisto, el sábado, en la que Niinisto le dijo a Putin que su país está listo para tomar la decisión de unirse al bloque militar occidental en unos días.
Putin advirtió que la decisión de Helsinki de abandonar su “política tradicional de neutralidad militar” sería un “error”, y enfatizó que “no había amenazas para la seguridad de Finlandia”. La medida «puede tener un impacto negativo» en las relaciones «mutuamente beneficiosas» entre los dos países, dijo.
El vecino de Finlandia, Suecia, también está considerando la posibilidad de ingresar en la OTAN y podría presentar su solicitud el lunes, según informes de los medios locales.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexander Glushko, ha enfatizado que si las dos naciones nórdicas siguen adelante con su ingreso en la OTAN, Moscú tendrá que responder, aunque es prematuro discutir la posible reubicación de armas nucleares más cerca de esos países, o cualquier otra medida.
Rusia atacó a Ucrania a fines de febrero, luego de que Kiev no implementara los términos de los acuerdos de Minsk, firmados por primera vez en 2014, y el eventual reconocimiento de Moscú de las repúblicas de Donbass de Donetsk y Lugansk. Los protocolos negociados por Alemania y Francia fueron diseñados para otorgar a las regiones separatistas un estatus especial dentro del estado ucraniano. Mariupol es reclamada por la república separatista de Donetsk como parte integral de su territorio.
Desde entonces, el Kremlin ha exigido que Ucrania se declare oficialmente como un país neutral que nunca se unirá al bloque militar de la OTAN liderado por Estados Unidos. Kiev insiste en que la ofensiva rusa no fue provocada en absoluto y ha negado las afirmaciones de que planeaba retomar las dos repúblicas por la fuerza.