Alto diplomático responde a la idea de Bruselas de incautar activos gubernamentales
Apoderarse de las reservas de divisas del estado ruso sería un acto de «anarquía total» y socavaría la base misma de las relaciones internacionales, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Alexander Grushko, al comentar una idea planteada por el principal diplomático de la UE, Josep Borell. .
En una entrevista reciente con FT, Borrell sugirió apoderarse de las reservas congeladas de Rusia y usarlas para cubrir los costos de reconstrucción de Ucrania una vez que termine el conflicto. En respuesta a estos comentarios, Grushko le dijo a RIA Novosti que el «apetito viene con la comida» de la UE y que la confiscación de los activos sería «una completa anarquía, la destrucción de la base misma de las relaciones internacionales».
En opinión de Grushko, tal decisión, si se toma, “golpeará a los propios europeos, al sistema financiero moderno y socavará la confianza en Europa y en Occidente en general”.
“Esta es la ley de la selva”, concluyó.
Al pensar en la idea, Borrell se refirió al precedente de que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, haya reservado miles de millones de activos del banco central de Afganistán “para ser utilizados en beneficio del pueblo afgano”.
“Tenemos el dinero en nuestros bolsillos y alguien tiene que explicarme por qué es bueno para el dinero afgano y no para el dinero ruso”, dijo el jefe de política exterior de la UE. Agregó que una de las preguntas clave que el mundo debe responder es quién pagará la “increíble cantidad de dinero” necesaria para la reconstrucción de Ucrania.
Desde el comienzo de la operación militar rusa en Ucrania a fines de febrero, la mitad de las reservas internacionales de Rusia, alrededor de $ 300 mil millones, se congelaron como parte de las sanciones occidentales. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, dijo que Moscú no podía haber previsto este desarrollo y que, en su opinión, la congelación constituye esencialmente un robo.
Rusia atacó a su estado vecino luego de que Ucrania no implementara los términos de los acuerdos de Minsk, firmados en 2014, y el eventual reconocimiento de Moscú de las repúblicas de Donbass de Donetsk y Lugansk. El Protocolo de Minsk negociado por Alemania y Francia fue diseñado para otorgar a las regiones separatistas un estatus especial dentro del estado ucraniano.
Desde entonces, el Kremlin ha exigido que Ucrania se declare oficialmente un país neutral que nunca se unirá a la OTAN. Kiev insiste en que la ofensiva rusa no fue provocada en absoluto y ha negado las afirmaciones de que planeaba retomar las dos repúblicas por la fuerza.