Moscú lanzó la operación militar especial en Ucrania el 24 de febrero, estableciendo como objetivos la desmilitarización y la «desnazificación» del país vecino. El presidente Vladimir Putin dijo que Rusia se vio obligada a iniciar la operación para poner fin al sufrimiento al que la gente de Donbass había sido sometida durante ocho años.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha declarado que sus fuerzas derribaron varios vehículos militares ucranianos en las cercanías de la isla Zmeiniy, que estaba bajo control de las tropas rusas al inicio de la operación especial.
A saber, un bombardero ucraniano Su-24, un avión de combate Su-27 y tres helicópteros Mil Mi-8 que transportaban grupos de asalto fueron derribados, dijo el ministerio. Además, dos drones Bayraktar de fabricación turca operados por las fuerzas de Kiev fueron derribados por las defensas aéreas.
El portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, comentó además que la lancha de desembarco ucraniana «Stanislav» fue destruida en el mar.
Unos 276 objetivos militares ucranianos fueron alcanzados en las últimas veinticinco horas por cohetes y artillería rusos, dijo el Ministerio de Defensa, y señaló que incluían puestos de mando y puntos de apoyo de las tropas ucranianas.
Las tropas rusas estacionadas en la isla participan en la operación militar especial que el presidente Vladimir Putin puso en marcha el pasado 24 de febrero.
Al comentar sobre sus objetivos, Putin argumentó que Rusia se vio obligada a lanzar la operación en Ucrania para detener el «genocidio» de las personas que viven en Donbass. Este último había sufrido los bombardeos de las fuerzas ucranianas durante ocho años con intensidad variable.