Cada 9 de mayo gran parte del espacio postsoviético celebra la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Pero este año, las celebraciones en la ciudad de Mariúpol han sido amenazadas con ser bombardeadas por Andriy Biletsky, alias ‘Fuhrer Blanco’, fundador del batallón neonazi Azov que integra las Fuerzas Armadas ucranianas.
En los últimos años, se ha hecho tradición que miles de personas en todo el mundo salgan cada 9 de mayo portando los retratos de sus antepasados que sacrificaron su vida para acabar con el nazismo. El Regimiento Inmortal, como se le conoce a estas marchas, supone un tributo a las millones de personas que no pueden celebrar la victoria.
Las nuevas autoridades de la ciudad de Mariúpol, mayoritariamente liberada de la ocupación de Azov, habían propuesto celebrar este 9 de mayo con la tradicional marcha.
Esta iniciativa no gustó para nada al fundador del batallón neonazi ucraniano Azov, Andriy Biletsky, quien en una intervención en la televisión ucraniana tachó la iniciativa de conmemorar a los que lucharon contra el nazismo de «provocación» y amenazó con bombardear esa marcha con misiles Tochka-U.
«Es una provocación. Yo considero que si intentan hacerlo, el Ejército ucraniano tiene la posibilidad de responder a esa provocación con una repuesta brillante», aseguró Biletsky.
El líder neonazi agregó que el bombardeo del Regimiento Inmortal con misiles Tochka-U será algo «gracioso».
Anteriormente, en una entrevista con el Financial Times, Biletsky reconoció que que el batallón Azov está compuesto en gran parte por ultranacionalistas ucranianos y que el colaborador nazi Stepán Bandera es uno de sus héroes más venerados. Agregó que Azov es «la columna vertebral» de las fuerzas ucranianas que ocupaban Mariúpol.
El pasado 24 de febrero el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el lanzamiento de una operación militar especial en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al genocidio por parte de Kiev. Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según el mandatario, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.