Las empresas occidentales están sufriendo grandes pérdidas como resultado de una «dolorosa salida» de los mercados rusos, escriben los columnistas del ‘Financial Times’. Y es que las sanciones impuestas por sus autoridades los obligan a entregar sus millonarios activos en Rusia a sus competidores a un precio de descuento.
Es el caso del banco francés Société Générale, que a causa de las sanciones se ha visto obligado a entregar su participación en Rosbank a precio de descuento, por tan solo 3.100 millones de dólares, destacan Andrew Jack y Stephen Morris.
El costo de una venta forzosa puede ser sustancial, como lo demostró el caso de Renault después de que se supo que estaba en conversaciones para vender su participación mayoritaria del 68% en el fabricante ruso Lada Avtovaz al Estado por el precio de solo un rublo, a cambio de mantener la opción de recuperar el terreno en varios años.
Otro ejemplo es la retirada forzada de la Kinross Gold Corporation de Canadá que hizo un trato para transferir sus activos valorados en 1.600 millones de dólares a la rusa Highland Gold por tan solo 680 millones de dólares.
Esos acuerdos destacan los desafíos que suponen la retirada de sus activos en Rusia debido a las restricciones de EEUU y la UE sobre los tratos con los bancos rusos. Las empresas occidentales se han visto entre la espada y la pared frente a la perspectiva de incumplir las sanciones impuestas a Rusia por sus respectivas autoridades, o tener que entregar sus negocios en manos de sus competidores rusos, chinos o turcos, enfatiza el artículo.
Así, el gigante británico-holandés Shell está en «negociaciones iniciales» con las chinas CNPC y Sinopec para vender el 27,5% de sus acciones en el proyecto de gas natural licuado Sakhalin-2. Un veterano de la industria citado por Financial Times lo calificó como una «negociación de pesadilla», ya que es probable que cualquier acuerdo con los chinos se realice con un gran descuento. El asesor de energía de la petrolera italiana Saipem sugirió que podrían transferir su participación en una empresa que ayuda a construir Arctic LNG 2 —un proyecto de desarrollo de gas natural— a su socio turco Ronesans.
Tras el inicio de la operación especial rusa para desmilitarizar y desnazificar Ucrania, muchos Estados occidentales anunciaron sanciones a gran escala contra Moscú en el sector bancario y en el campo de los productos de alta tecnología. El Kremlin calificó estas medidas de guerra económica, pero subrayó que estaban preparados para estos acontecimientos.