Durante la audiencia, los implicados pidieron perdón a los familiares de las víctimas de las ejecuciones extrajudiciales.
Un grupo de 11 militares retirados en Colombia reconocieron y pidieron perdón este martes a los familiares de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales, caso conocido como «Falsos Positivos» ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
En medio de una audiencia suscitada en el departamento de Norte de Santander, los militares retirados responsables en delitos de guerra y lesa humanidad, reconocieron tanto privada como públicamente su participación en los asesinatos a personas, quienes en su momento, fueron engañadas por el Ejército para ser ultimadas y presentarlas como bajas en combate.
«Había una presión, nos exigían dar resultados, había que buscar resultados como fuera y teníamos contacto con grupos de paramilitares de la región, sobre todo de Aguachica, para conseguir armas», aseveró el cabo retirado del Ejército, Néstor Guillermo Gutiérrez.
Aludiendo a un reclamo de una madre que pedía explicaciones por el asesinato de su hijo, Gutiérrez reconoció su participación y pidió perdón, «les arrebaté la ilusión a sus hijos, les desgarré el corazón a sus madres por una presión de unos falsos resultados, por tener contento a un Gobierno. No es justo, no es justo”, acotó.
Por su parte, el capitán retirado Rivera Jácome, quien también compareció ante la JEP por el caso de Falsos Positivos, se responsabilizó de crímenes de guerra contra la población civil, «acudo con el fin de reconocer mi responsabilidad como máximo responsable a título de coautor por crímenes de guerra y de lesa humanidad», agregó.
Al mismo tiempo, Rivera Jácome le pidió perdón al Villamir Rodríguez, quien estuvo apunto de ser asesinado por el Ejército y después siendo acusado de «terrorista», «quiero aclararle al mundo y los colombianos que usted no era ningún combatiente. Vengo a limpiar su nombre”, añadió.
El grupo de exmilitares reconocieron que las mayorías de las víctimas eran jóvenes y adultos campesinos, quienes residían en zonas rurales o en su defecto, reclutaban en pequeños pueblos a personas prometiéndoles trabajo, pero luego eran ejecutados.
Las víctimas como epicentro
La audiencia representó un hito histórico no solo para este proceso de paz, sino para los que se han firmado años atrás con otros grupos irregulares en Colombia, pues las víctimas tienen la posibilidad de escuchar la verdad de un hecho que enlutó a familias humildes como los Falsos Positivos, ejecuciones extrajudiciales que se acentuaron durante el Gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez.
«¿Se vistieron uniforme para asesinar campesinos humildes? ¿Cuántos eran los beneficios que daban el Estado para matar un civil? (…) Reparen la verdad, que haya justicia y que nuestro nombre no quede manchado», dijo a los exmilitares Antonio María Peña, familiar de un asesinado.
Por su parte, Álvaro Marulanda quien lleva más de 14 años buscando la verdad sobre el asesinato de su hermano Martín Marulanda, le expresó a los exmilitares que su familiar estaba en un tratamiento psicológico cuando fue ultimado, «mi hermano era un paciente psiquiátrico”, puntualizó.
“Ustedes son un deshonor para la patria y el Ejército Nacional», enfatizó Álvaro Marulanda, quien instó a otros exmilitares que están siendo investigados a revelar la verdad sobre los casos de Falsos Positivos.
María Amparo Suárez, pidió a los exmilitares que detallaran sobre la desaparición de su hijo, Luis Alberto Sandoval, «a ninguno de ustedes (a los exmilitares» les consta que nuestros familiares eran delincuentes», manifestó.
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