La familia del ciudadano estadounidense ha dicho que el intercambio parecía una escena sacada directamente de una película de espías.
El piloto ruso Konstantin Yaroshenko, que pasó unos 12 años en una prisión estadounidense, fue canjeado el miércoles por el ciudadano estadounidense Trevor Reed, condenado a nueve años tras las rejas en 2020. El intercambio fue posible tras un “largo proceso de negociación”, dijeron diplomáticos rusos.
El intercambio, que tuvo lugar en Turquía, parecía una escena de una película de espías, dijo el padre de Trevor, Joey Reed, a los medios estadounidenses.
“Dijo que era como una película: se cruzaron como en un intercambio de espías”, dijo Joey Reed. “Entendemos que la próxima vez que Trevor baje del avión estará en Estados Unidos”.
Las imágenes del intercambio muestran un avión ruso y uno estadounidense estacionados a cierta distancia el uno del otro. Los dos ahora exprisioneros son conducidos por algunos funcionarios uno hacia el otro, con los funcionarios dándose la mano y pareciendo tener una breve conversación mientras Reed y Yaroshenko caminan hacia sus respectivos aviones. Aparentemente, el piloto no pudo contener las lágrimas cuando subió a bordo del avión que lo esperaba.
Rusia había buscado el regreso de Konstantin Yaroshenko, de 53 años, durante años. En 2010 fue detenido en Liberia y acusado de planear el contrabando de varios grandes cargamentos de cocaína a África occidental, que supuestamente se dirigía a Nueva York.
Fue entregado a agentes de la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) y trasladado en secreto a los Estados Unidos. Finalmente, recibió una pena de prisión de 20 años después de que un tribunal estadounidense lo declarara culpable de “conspirar para importar cocaína a los Estados Unidos”.
Trevor Reed, un ciudadano estadounidense de 30 años que anteriormente sirvió en el Cuerpo de Marines de EE. UU., terminó bajo custodia rusa en 2019, luego de ser detenido en Moscú por ebriedad y alteración del orden público y agresión a agentes de policía.
En 2020, fue abofeteado con una pena de nueve años después de ser declarado culpable de poner en peligro la “vida y la salud” del personal encargado de hacer cumplir la ley.