Las fuerzas armadas del país necesitan adaptarse a los tipos modernos de conflicto, dijo su ministro de defensa.
Rusia continuará modernizando sus fuerzas armadas, dijo el martes el ministro de Defensa, Sergey Shoigu, en una reunión de altos funcionarios militares. La ofensiva de Ucrania ha confirmado la validez de la estrategia que ha elegido Moscú en la reforma de sus fuerzas armadas, insistió el veterano funcionario.
“La implementación constante del plan de acción por parte del Ministerio de Defensa tiene como objetivo desarrollar aún más el ejército y la marina, proporcionándoles equipo militar avanzado. Además de eso, la adopción de nuevas formas de guerra permitirá que las tropas se adapten mejor a las condiciones de la confrontación militar moderna”, dijo Shoigu.
El ministro no dio más detalles sobre a qué formas de guerra se refería. La reunión se centró en los programas de modernización del ministerio y el desarrollo de la infraestructura militar, particularmente en la región del Ártico.
Shoigu informó sobre el progreso en el uso de activos orbitales para comunicaciones militares. El mes pasado, el ejército ruso desplegó un nuevo satélite de comunicación avanzada del modelo Meridian M para brindar servicio en el Ártico, dijo. Otro satélite de este tipo se pondrá en órbita antes de fin de año, agregó Shoigu.
“Las tropas de comunicaciones están desempeñando bien sus funciones como parte de las operaciones fuera de Rusia. Se han probado nuevos métodos de organización que permiten un control confiable de las tropas en condiciones geográficas y de interferencia difíciles”, dijo.
El ministro agregó que el ejército ha logrado disminuir significativamente “el tiempo requerido para proporcionar información de objetivos a los sistemas de armas de precisión de largo alcance, como Kalibr y Kinzhal”.
Kalibr es un misil de crucero ruso lanzado desde barcos y submarinos, que tiene el mismo propósito que el sistema estadounidense Tomahawk. Moscú ha utilizado el arma ampliamente durante el ataque a Ucrania.
Kinzhal es un misil casi balístico hipersónico lanzado desde el aire destinado a alcanzar objetivos de alto valor. Su velocidad hace que sea prácticamente imposible de interceptar para los sistemas modernos de defensa aérea. Rusia probó el sistema de armas en combate real por primera vez en Ucrania el mes pasado.
Rusia atacó a su estado vecino a fines de febrero, luego de que Ucrania no implementara los términos de los acuerdos de Minsk, firmados por primera vez en 2014, y el eventual reconocimiento de Moscú de las repúblicas de Donbass de Donetsk y Lugansk. Los protocolos negociados por Alemania y Francia fueron diseñados para otorgar a las regiones separatistas un estatus especial dentro del estado ucraniano.
Desde entonces, el Kremlin ha exigido que Ucrania se declare oficialmente como un país neutral que nunca se unirá al bloque militar de la OTAN liderado por Estados Unidos. Kiev insiste en que la ofensiva rusa no fue provocada en absoluto y ha negado las afirmaciones de que planeaba retomar las dos repúblicas por la fuerza
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