CIUDAD DE MÉXICO — La oposición mexicana impidió una contrarreforma constitucional a la Ley de la Industria Eléctrica, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la bancada del oficialismo, que no alcanzó en la Cámara de Diputados la mayoría calificada requerida de dos terceras partes de votos de los 500 diputados.
«Señor presidente (de la Cámara de Diputados), se emitieron 275, cero abstenciones, y 223 en contra (con dos ausencias): no hay mayoría calificada», dijo la secretaria de la Cámara de Diputados al final de la votación. El titular de la Cámara Baja respondió: «en virtud de no alcanzarse la mayoría calificada (…) se desecha el proyecto de decreto».
Cuatro partidos opositores formaron un bloque que se opuso a la coalición gobernante y votaron en contra del proyecto que buscaba revertir la Reforma Energética constitucional de 2013, empoderar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y elevar la porción de la compañía estatal en el mercado de energía eléctrica, del 38% actual a 54%, entre otras facultades.
Tras una ríspida discusión de más de 13 horas en el Palacio Legislativo, alrededor de las 23:30 (04:30 GMT) el proyecto de contrarreforma eléctrica del gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados (partidos del Trabajo y Verde Ecologista) no alcanzó los 334 votos para tener dos tercios de votos del pleno legislastivo necesarios para cambiar la Constitución.
El júbilo de los diputados de los partidos Acción Nacional (PAN, centroderecha), Revolucionario Institucional (PRI, centro), de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda) y Movimiento Ciudadano (MC, socialdemócrata), convocados alrededor de la consigna ‘No pasarán’, celebraron con el grito: «¡No pasó, no pasó, no pasó!».
La respuesta del oficialismo también estalló airada: «¡Traidores, traidores, traidores!».
La reforma de 2013 puso fin al monopolio que ejercieron las estatales CFE y Petróleos Mexicano durante casi ocho décadas en el sector energético, y lo abrió a la competencia de empresas privadas, nacionales y extranjeras.
Uno de los argumentos de los opositores es que unos 40.000 millones de dólares invertidos en la generación de energías eólicas y fotovoltaicas por firmas privadas —entre ellas 10.000 millones de dólares de firmas estadounidenses—, estaban en riesgo por litigios que pueden escalar a tribunales internacionales de protección de inversiones.
Poco antes de la votación final, López Obrador escribió en su cuenta de Twitter, cuando se avizoraba el desenlace adverso: «Ya lo dije en mi informe (trimestral 2022) del martes [12 de abril]: pase lo que pase ya estamos blindados contra la traición. Mañana [18 de abril] lo vuelvo a explicar», adelantó.
El jefe del Ejecutivo aludió así a que una demanda de inconstitucionalidad, presentada por senadores opositores contra la Ley de la Industria Eléctrica ante el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de México, no alcanzó el 8 de abril pasado la mayoría calificada requerida.
Con aquella votación de ocho votos de los 13 magistrados fue descartada la moción de inconstitucionalidad por siete jueces a favor y cuatro en contra, que López Obrador interpreta como respaldo a la constitucionalidad de esa ley.
La corte explicó que, tras ese fallo, los litigios de decenas de empresas generadoras de energías renovables por la contradicción entre la reforma constitucional de 2013 y la ley aprobada por mayoría simple del oficialismo en noviembre de 2021 continúan abiertos en tribunales de competencia económica.
El proyecto desechado este 17 de abril buscaba poner fin a esa contradicción entre la Ley de la Industria Eléctrica de 2021 y la Reforma Energética de 2013, que permanece.