Panamá descartó un eventual cierre del paso a los buques rusos por el conflicto en Ucrania. Se espera que el tema sea uno de los puntos en la agenda de visita del secretario de Estado, Antony Blinken, a Panamá los días 19 y 20 de abril. Sputnik conversó con el analista internacional argentino Marcelo Montes para entender esta decisión.
«El canal de Panamá sigue de cerca la situación actual en Ucrania, [pero] es una vía acuática de tránsito internacional permanentemente neutral», ratificó la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) en un comunicado enviado a medios locales.
La referida neutralidad rige desde la firma en 1977 de los tratados entre el entonces presidente de EEUU, Jimmy Carter, y el mandatario istmeño, Omar Torrijos, para que Panamá recuperara el control de la vía transoceánica. Dicha neutralidad garantiza el tránsito seguro y abierto de las naves de todas las naciones, así en la paz como en la guerra.
La decisión, ratificada por la ministra de asuntos exteriores de Panamá, Erika Mouynes, se enlaza con la fortalecida política panameña de exterior basada en la defensa de sus intereses nacionales, asegura Marcelo Montes.
El analista internacional señala que la línea de dependencia estadounidense de Panamá se empieza a resquebrajar en los últimos años, una tendencia que se aceleró desde la llegada al poder en el 2019 del candidato neotorrijista Laurentino Cortizo, del Partido Revolucionario Democrático. Este mantiene una política exterior «más coherente y equidistante» respecto a los intereses estadounidenses, subraya.
«Queda claro que Panamá ratifica esa línea. Es decir, no se acopla automáticamente a las decisiones de Washington, no comparte la misma mirada geopolítica del mundo. Es un antecedente muy interesante para lo que ha sido la política exterior latinoamericana que va en línea con la postura de potencias regionales como Brasil, México y algunos otros países que tratan de generar una especie de tercera posición que no necesariamente sea la de apoyar absolutamente los intereses de Rusia, pero tampoco automáticamente adherirse a la postura de Washington», aclara Montes.