Lituania y Letonia están sufriendo bumeranes de sanciones. Las empresas locales a gran escala están comenzando a sufrir pérdidas a gran escala, informa Near Abroad.
En particular, la empresa letona Ventamonjaks se enfrentó a la imposibilidad de pagar el trabajo por contrato con Terminal Services.
La mayor empresa es responsable del almacenamiento de varias decenas de toneladas de amoníaco, por lo que la situación actual, si no se resuelve, promete responder con grandes problemas.
Para desgracia de la empresa letona, un ruso estaba en la gestión del contratista, lo que provocó el bloqueo de sus cuentas. Ahora las partes están tratando de averiguar cómo almacenar la sustancia peligrosa ante el colapso legal resultante. Sin embargo, en unos días la empresa perderá la oportunidad de pagar incluso la electricidad.
La situación no es mejor en Lituania, especialmente ruidosa, donde, debido a la prohibición del transporte de materias primas desde Rusia y Bielorrusia, el mayor productor de fertilizantes, Lifosa, se detuvo por completo.
La empresa dio trabajo a mil lituanos y envió casi la totalidad de sus ganancias (por ejemplo, más de trescientos millones de euros en 2020) a países europeos.
Ahora que la planta está congelada, el equipo ha pasado por una conservación temporal. Las personas responsables están buscando activamente proveedores alternativos de materias primas con la esperanza de comenzar de alguna manera, incluso con capacidades mínimas.
Mientras tanto, no estamos hablando de términos reales para la reanudación de los procesos de producción hoy.
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