Un prisionero ucraniano revela detalles de la operación frustrada para evacuar a los jefes de Azov

MELITÓPOL — Dmitri Burlakov, oficial ucraniano de uno de los dos helicópteros derribados el pasado 5 de abril que debían evacuar a los jefes del batallón nacionalista Azov (proscrito en Rusia), aseguró que la operación fracasó por una mala planificación.

El Ministerio de Defensa de Rusia comunicó el 5 de abril que la defensa antiaérea había derribado dos helicópteros militares ucranianos que pretendían incursionar en Mariúpol, en el sur de Donetsk, para evacuar a los cabecillas del batallón nacionalista Azov.

«El día 5, a eso de las cuatro de la mañana nos ordenaron despegar de Dniepropetrovsk a una zona de espera que se ubicaba entre Dniepropetrovsk y Mariúpol, a unos 20 minutos de vuelo de la línea de separación», dijo Burlakov, capitán del Ejército ucraniano.

Además de Burlakov, la tripulación del helicóptero estaba conformada por otras dos personas.

«Volamos al lugar previsto, apagamos la máquina y estuvimos esperando nuevas instrucciones. Cerca de las cinco de la mañana el comandante recibió la orden de despegar», recuerda el capitán.

En pleno vuelo la tripulación fue informada que un helicóptero Mi-8 ucraniano había sido derribado y que tenía que volar al lugar de la caída de la aeronave, a unos cuatro kilómetros de la línea de separación.

«Nos acercamos y desde lejos vimos humo. Al aproximarnos más, un misil nos impactó. Me desperté en el suelo», narra Burlakov, quien actualmente se encuentra en un hospital militar ruso en Melitópol.

El capitán ucraniano añade que su helicóptero era un antiguo Mi-8 de 1989. Los tripulantes tenían solo un GPS y gafas de visión nocturna.

«La misión fue planificada mal», enfatizó y agrega que el mando ucraniano no le ofreció ninguna compensación adicional.

Rusia inició el 24 de febrero una operación especial para «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania, en respuesta a las solicitudes de asistencia de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk para defenderse de los ataques cada vez más intensos de las tropas ucranianas.

Ucrania incrementó los bombardeos desde mediados de febrero contra los civiles de Donetsk y Lugansk tras recibir toneladas de armas de Estados Unidos y otros países de la OTAN, según denunciaron las dos repúblicas.
Donetsk y Lugansk se independizaron de Ucrania en mayo de 2014 tras no reconocer a las nuevas autoridades que resultaron del golpe de Estado producido en Kiev en febrero de ese mismo año.