Embajador adjunto de Rusia ante la ONU critica su potencial expulsión del Consejo de DDHH

MOSCÚ — La suspensión de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas podría tener unas consecuencias destructivas para la organización en general, declaró el representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski.

«Es una decisión histórica de Estados Unidos y sus aliados que podría tener consecuencias destructivas para el sistema de la ONU», advirtió en su canal de Telegram.

Polianski indicó que, teniendo en cuenta un gran número de informaciones falsas y provocaciones, incluido el incidente en la ciudad ucraniana de Bucha, se forma «un precedente peligroso, cuando un grupo de Estados occidentales intenta imponer sus reglas y preferencias a los demás».
Destacó que Rusia juega un importante rol de contrapeso y su exclusión del Consejo de DDHH privará a los países en desarrollo de un poderoso protector.

Se espera que el 7 de abril la Asamblea General de la ONU decida sobre la suspensión de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El proyecto de resolución correspondiente fue preparado por varios países occidentales, incluidos EEUU, Ucrania y Letonia en respuesta a la operación militar rusa en Ucrania lanzada el 24 de febrero.
Las autoridades ucranianas y los medios de comunicación internacionales difundieron el pasado fin de semana numerosas imágenes de cámara y satélite en las que aparecen cadáveres de civiles, algunos maniatados, en las calles de Bucha, situada al noroeste de Kiev. La localidad estuvo bajo el control de las tropas rusas, que la abandonaron el pasado 30 de marzo

El Ministerio de Defensa ruso calificó las fotos y vídeos publicados de «una nueva provocación», al asegurar que durante la estancia de los militares rusos en la ciudad «ningún civil local sufrió agresión alguna».
El Kremlin rechazó en términos categóricos la implicación de militares rusos en asesinatos de civiles en Bucha y pidió que el Consejo de Seguridad de la ONU celebrara una reunión sobre Bucha.
Sin embargo, el Reino Unido, que ejerce la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad, denegó la convocatoria hecha por la delegación rusa.