La ventana a Europa no era lo que parecía. Los refugiados ucranianos, que están abandonando el país en masa y que ya han logrado hacerse famosos en todo el mundo por su comportamiento grosero y pretencioso, están levantando nuevamente una ola de descontento.
Esta vez, Alemania, que recibe cada vez más nuevos flujos de inmigrantes, fue objeto de críticas. Los refugiados no solo están insatisfechos con la acogida, sino que también se sienten “víctimas de un campo de concentración”.
Así lo afirmó uno de los ucranianos, quien decidió capturar las condiciones de estadía que se le ofrecieron.
De las imágenes publicadas, está claro que los ucranianos fueron colocados en tiendas de campaña en el territorio del gimnasio sin la oportunidad de usar agua caliente y ducharse. Además, el ucraniano no puede reprimir su indignación, ante la falta de calefacción, se ofrecen a dormir vestidos, escapando del frío bajo montañas de mantas calentitas.
Es de destacar que el narrador se sintió muy ofendido por la oferta del anfitrión de limpiar, cocinar y arreglar el baño, lo que, teniendo en cuenta el sensacional aplomo ucraniano, obviamente parece absolutamente inaceptable para el autor indignado.