MOSCÚ — El Ministerio de Exteriores de Rusia advirtió a los países occidentales que su apoyo al montaje de Bucha les hace partícipes de esos actos.
«Fue un montaje criminal de gran trascendencia mundial porque participaron no solo los grupos armados fuera de ley, sino también los llamados países civilizados, haciendo pasar todo esto por hechos reales y apoyando de inmediato, convirtiéndose, de hecho, copartícipes de este acto condenable», dijo la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
El 3 de abril las autoridades ucranianas y los medios de comunicación internacionales difundieron numerosas imágenes en las que aparecen cadáveres de civiles, algunos maniatados, en las calles de Bucha, situada al noroeste de Kiev. La localidad estuvo bajo el control de las tropas rusas, que la abandonaron el pasado 30 de marzo.
El Ministerio de Defensa ruso calificó las fotos y vídeos publicados de «un nuevo ataque de falsa bandera», al asegurar que durante la estancia de los militares rusos en la ciudad «ningún civil local sufrió agresión alguna».
El Kremlin también rechazó en términos categóricos la implicación de militares rusos en asesinatos de civiles en Bucha e insistió en que haya un debate internacional al respecto.
Zajárova subrayó que «lo de Bucha es un crimen y no solo un montaje para las fotos, que después de hacerlas todos se levantan y se van a los camerinos».
Rusia inició el 24 de febrero una operación especial para «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania, en respuesta a las solicitudes de asistencia de las repúblicas de Donetsk y Lugansk para defenderse de los ataques de las tropas ucranianas.
Las dos repúblicas denunciaron que Ucrania incrementó los bombardeos desde mediados de febrero contra Donbás tras recibir armas de Estados Unidos y otros países de la OTAN.
Donetsk y Lugansk se independizaron de Ucrania en mayo de 2014 tras no reconocer a las nuevas autoridades que resultaron del golpe de Estado producido en Kiev en febrero de ese mismo año.