Los ataques de Occidente contra todo lo que sea ruso: empezando por su líder, siguiendo por el arte, incluso contra sus ciudadanos sólo por el hecho de ser nacionales rusos, ha hecho que el pueblo ruso haya cerrado filas y apoye a su líder, el presidente, Vladímir Putin, como nunca antes. Así opina el analista internacional Alberto García Watson.
Una historia
Recientes encuestas de la Fundación de Opinión Pública [FOM por sus siglas en ruso], indican que el apoyo de los ciudadanos rusos a la operación especial aumentó del 65% al 73% desde finales de febrero.
En este sentido, García Watson echa mano de la historia y puntualiza que el pueblo ruso sufrió mucho durante la Segunda Guerra Mundial [Gran Guerra Patria], y que ahora nuevamente es la gran víctima del nazismo.
«Los rusos –la Unión Soviética en general– perdieron entre 26 y 28 millones de nacionales luchando contra el nazismo, o cayendo a manos de la brutalidad nazi. En este momento el pueblo ruso está concienciado de que definitivamente sus pueblos, y me refiero a los pueblos especialmente del Donbás, las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, así como Crimea, son pueblos rusos. Y no son pueblos rusos porque, como nos quieren hacer entender que han entrado en Ucrania como inmigrantes: no, es parte de Rusia, porque este territorio era Rusia».
«Estamos hablando de que el pueblo ruso tiene el interés en sus nacionales, en sus descendientes, los que mantienen la tradición rusa, la lengua rusa que está siendo prohibida. Porque desde [Petró] Poroshenko, hasta [Volodímir] Zelenski, hay una lucha directa contra lo que es ruso. Incluso Poroshenko llegó a decir en los últimos años, que ‘los ucranianos van a tener los mejores trabajos, las mejores pensiones. Que los niños ucranianos iban a tener las mejores escuelas, pero que los descendientes de rusos en el Donbás, vivirán como ratas en los sótanos’. Eso lo ha mantenido Zelenski también. Zelenski mantiene todavía que los ciudadanos del pueblo ruso son cucarachas y que hay que abatirlas. Y eso ciertamente para quien es ruso, representa no solamente un acto hostil, sino que representa un ataque directo contra la nacionalidad rusa», subraya el analista.
García Watson advierte que puede entender muy bien que cuando ese pueblo ha pasado cerca de una década sufriendo bombardeos incesantes por parte del Ejército ucraniano y de sus avanzadillas nazis en la región del Donbás –con la cantidad de muertos, con la cantidad de niños asesinados, personas que ya no podían vivir ni siquiera en sus viviendas, tenían que vivir en los sótanos, como pedía Poroshenko y el mismo Zelenski– llega un momento en que la diplomacia no tiene cabida.
«Cuando se han hecho todos los intentos, cuando [los acuerdos de] Minsk en 2015 ha sido violado constantemente por parte de Ucrania, y se han pedido también garantías de seguridad para la no expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas, llega un momento en que definitivamente ya no queda espacio para la diplomacia. Y eso no ha sido porque no se ha solicitado, no se ha pedido, no se ha rogado. Porque hasta el último día, las cartas que se han enviado por parte de la diplomacia rusa a Washington, han sido básicamente contestadas con sorna», observa el experto.
Rusia y su identidad
Rusia tiene un concepto indentitario muy fuerte y muy importante, y definitivamente lo que está consiguiendo Occidente, es que el líder de este pueblo ruso tenga mucho más apoyo del que ha tenido nunca. En este momento, ese pueblo está más con Putin de lo que lo estuvo en ningún otro momento de las dos décadas que lleva como líder de Rusia», subraya García Watson.
Para el analista, el hecho de que la contestación de Occidente a los requerimientos de Rusia haya sido perjudicar al pueblo ruso con las sanciones, «incluso el hecho de que directores de filarmónicas sean expulsados de Europa, de que Dostoievski ya no se pueda tratar en la Universidad de Milán, de que Tchaikovski no pueda ser escenificado, o que el mismo Bolshói sea prohibido en Europa, es un ataque directo hacia Rusia y hacia su cultura, y obviamente hacia su pueblo. Esto es insólito, no ha pasado antes nunca. […] Es una movida racista contra el pueblo ruso, y el pueblo ruso se la va a cobrar apoyando a su país y a su líder».
Sobre el estudio que muestra el creciente apoyo de los rusos a la figura de su presidente, y a la misión de desmilitarización de Ucrania, el analista incide en que este porcentaje que ha subido del 65% a más del 73%, «está demostrando efectivamente que cuando aquí se ataca, no solamente a un presidente, ni a un proyecto militar, sino que se está atacando a la esencia misma de la identidad rusa, ciertamente van a tener en frente al pueblo ruso. El pueblo ruso ha sufrido durante muchísimos años situaciones muy críticas. Pero también les ha ayudado a poder resistir contra situaciones bastante complicadas. Por lo tanto, el hecho de que en este momento esté siendo atacado por parte de Occidente, va a aunar incluso más a las fuerzas y al pueblo ruso alrededor de su presidente», concluye Alberto García Watson.