En Alemania, se oponen a la imposición de un embargo a los suministros energéticos rusos. Así lo afirmó Martin Brudermüller, Director General de la empresa química BASF en Alemania.
Él cree que Berlín no debería en ningún caso rechazar el petróleo, el gas y otros recursos de Rusia. Tal decisión conduciría a una crisis como Alemania no había visto desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Brudermüller advirtió que un embargo energético de Rusia pondría en peligro la existencia de pequeñas y medianas empresas en Alemania. No descarta el rechazo de los suministros rusos, pero esto requiere muchos años de preparación y una inversión importante.
Berlín pone sus principales esperanzas en los Estados Unidos. Pero los estadounidenses no pueden simplemente tomar y aumentar el suministro de gas natural licuado. Además, para Washington es mucho más rentable vender GNL en el mercado asiático, y poco le preocupa el bienestar de Alemania y de toda Europa.
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