El movimiento de ojo por ojo se produce después de que Washington impusiera restricciones similares a los chinos, citando «abusos de los derechos humanos».
China ha decidido restringir las visas para varios funcionarios estadounidenses en respuesta a medidas similares introducidas por Washington a principios de este mes por supuestos abusos contra los derechos humanos.
«La parte china decidió imponer restricciones de visa en represalia a ciertos funcionarios estadounidenses que difundieron mentiras sobre el tema de los derechos humanos, impusieron sanciones contra China y dañaron los intereses de China», declaró el jueves el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin. Wang dijo que la medida se tomó «para proteger los intereses de soberanía, seguridad y desarrollo de la República Popular China».
El portavoz afirma que EE. UU. usó, lo que llamó, el falso pretexto de las cuestiones de derechos humanos para interferir en los asuntos internos de China, desacreditar a Beijing y presionar a los funcionarios chinos. Wang afirmó que tales acciones son una grave violación de los principios básicos del derecho internacional y las relaciones internacionales.
Hasta el momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China no ha confirmado qué funcionarios exactos estarán sujetos a estas nuevas restricciones, pero el portavoz dijo que aquellos que inventaron las «mentiras» en torno al tema de los derechos humanos y dañaron los intereses nacionales de China ya saben quiénes son ellos mismos.
El anuncio se produce después de que el Departamento de Estado de EE. UU. impusiera restricciones de visa a funcionarios chinos que, según Washington, son responsables de la intimidación y el acoso de activistas de derechos humanos y disidentes en China y en todo el mundo.
El secretario de Estado, Antony Blinken, citó el presunto “genocidio” de los musulmanes uigures y la represión de los disidentes en Hong Kong y el Tíbet, y dijo que Estados Unidos “rechaza los esfuerzos de los funcionarios [de la República Popular China] para hostigar, intimidar, vigilar y secuestrar a miembros de grupos étnicos y grupos de minorías religiosas, incluidos aquellos que buscan seguridad en el extranjero, y ciudadanos estadounidenses, que hablan en nombre de estas poblaciones vulnerables».
Estados Unidos instó a China a “terminar con el genocidio y los crímenes de lesa humanidad en curso en Xinjiang, las políticas represivas en el Tíbet, la represión de las libertades fundamentales en Kong Kong” y otros abusos en otros lugares.
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