TEL AVIV — El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, condenó el 29 de marzo por la noche el atentado en el que murieron cinco personas tiroteadas por un palestino, quien también murió, en el suburbio de Tel Aviv, Bnei Brak, en un infrecuente comunicado oficial.
«[El presidente] expresó su condena a la muerte de civiles israelíes esta noche, enfatizando que la muerte de civiles palestinos e israelíes solo conduce a un deterioro de la situación», decía la declaración de la Oficina de Abás.
Mientras, los movimientos islamistas de Gaza Hamás y Yihad Islámica (prohibido en Rusia), celebraron el atentado, en sendos comunicados, y docenas de palestinos se manifestaron en apoyo del atacante en su localidad natal de Cisjordania Ya»abad, cerca de Jenín.
El atacante, Diaa Hamarsheh, de 26 años, se encontraba en Israel ilegalmente y había sido condenado por penas contra la seguridad del Estado en 2013 permaneciendo en una cárcel israelí por un año y medio.
La Policía israelí ha arrestado a una docena de palestinos sospechosos de ser sus cómplices.
Once israelíes han muerto en la última semana en ataques mortales llevados a cabo por árabes israelíes y palestinos en el país inspirados en la ideología del Estado Islámico (proscrito en Rusia y otros países) más que en Hamás y
Yihad islámica, según las autoridades israelíes. El primero fue en la ciudad sureña de Beersheva, después en el norte en Hedera y este último al este de Tel Aviv, en la ciudad densamente poblada de Bnei Brak.
«Nuestro objetivo es lograr la estabilidad», dijo Abás, quien no condenó los dos atentados previos.