El secretario de Estado de EE. UU. intenta retractarse del comentario de Joe Biden de que Vladimir Putin “no puede permanecer en el poder”
El principal diplomático de Estados Unidos ha insistido en que el presidente Joe Biden no tuvo la intención de sugerir que Washington tiene como objetivo derrocar a Vladimir Putin como líder de Rusia, defendiendo afirmaciones anteriores de que Estados Unidos no tiene una estrategia de régimen extraño en Moscú.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, hizo sus comentarios en una conferencia de prensa el domingo en Jerusalén, horas después de que Biden llamara la atención durante un emotivo discurso en Varsovia sobre la invasión rusa de Ucrania. Biden dijo del presidente Putin: “Por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder”.
Un funcionario no identificado de la Casa Blanca trató rápidamente de aclarar la posición de Estados Unidos y dijo que el punto de vista de Biden era que no se puede permitir que Putin ejerza poder sobre los países vecinos. El domingo, Blinken continuó el esfuerzo de retractarse de los comentarios de Biden.
“Creo que el presidente, la Casa Blanca, señaló anoche que, simplemente, el presidente Putin no puede estar facultado para emprender una guerra o participar en una agresión contra Ucrania o cualquier otra persona”, dijo Blinken a los periodistas. “Como saben, y como nos han escuchado decir repetidamente, no tenemos una estrategia de cambio de régimen en Rusia, ni en ningún otro lugar, para el caso”.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió al discurso de Biden y dijo: “No depende del presidente de los EE. UU. ni de los estadounidenses decidir quién permanecerá en el poder en Rusia. Solo los rusos, que votan por su presidente, pueden decidir que
Durante su visita a Israel, Blinken afirmó estar de acuerdo con esa posición y dijo: “En este caso, como en cualquier caso, depende de la gente del país en cuestión. Depende del pueblo ruso”.
Estados Unidos tiene un historial de guerras e intervenciones de cambio de régimen en todo el mundo, incluidas campañas relativamente recientes en Irak, Libia y Siria. De hecho, el Departamento de Estado ayudó a derrocar al líder electo de Ucrania en 2014, lo que desencadenó una guerra con los separatistas en la ex república soviética.
Moscú atacó a su vecino a fines de febrero, luego de un enfrentamiento de siete años por el incumplimiento de Ucrania de los términos de los acuerdos de Minsk y el eventual reconocimiento de Rusia de las repúblicas de Donbass de Donetsk y Lugansk. Se habían diseñado protocolos negociados por Alemania y Francia para regularizar el estado de esas regiones dentro del estado ucraniano.
Rusia ahora ha exigido que Ucrania se declare oficialmente un país neutral que nunca se unirá al bloque militar de la OTAN liderado por Estados Unidos. Kiev insiste en que la ofensiva rusa no fue provocada en absoluto y ha negado las afirmaciones de que planeaba retomar las dos repúblicas por la fuerza.