WASHINGTON— El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antónov, rechazó de plano la acusación de crímenes de guerra supuestamente cometidos por militares rusos en Ucrania.
«Semejantes afirmaciones están fuera del sentido común», dijo Antónov, citado por su legación en la red social Telegram.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, afirmó el 23 de marzo que, según la evaluación de la Administración estadounidense, «miembros de las fuerzas rusas han cometido crímenes de guerra en Ucrania». Esta opinión, dijo Blinken, se basa en fuentes públicas y de inteligencia.
El embajador ruso comentó al respecto que EEUU no es el país apropiado para emitir juicios sobre el asunto.
«No puede serlo, por definición, un país sobre cuya conciencia pesan cientos de miles de vidas perdidas a lo largo del mundo, naciones destruidas, decenas de catástrofes humanitarias y creación de focos del terrorismo internacional», opinó Antónov.
El diplomático ruso instó a EEUU a cejar en su empeño de alentar la rusofobia y demonizar a Rusia a los ojos de la opinión pública.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso la ley marcial en todo el territorio nacional, además del toque de queda en Kiev y otras ciudades, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar «todas las sanciones posibles» contra el líder ruso.
Numerosos países, con excepciones como China, condenaron en términos enérgicos la operación militar de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales.