Embajador ruso en EEUU: nacionalistas armados son la única amenaza para civiles en Ucrania

WASHINGTON — El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antónov, afirmó que la única amenaza para civiles en Ucrania la representan «grupos armados de nacionalistas ucranianos».

En un comentario para Newsweek que la Embajada rusa recoge en su página de Facebook, Antónov puntualizó que «las armas de alta precisión rusas solo destruyen objetivos de infraestructura bélica».
«Actualmente, la única amenaza para civiles en Ucrania emana de grupos armados de nacionalistas ucranianos.

Emplazan carros de combate y artillería cerca de guarderías infantiles y escuelas, habilitan las posiciones de fuego en los techos de edificios, se escudan detrás de mujeres y niños para provocar el mayor número posible de víctimas civiles», opinó el diplomático.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania.

El mandatario ruso pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó en una entrevista con Reuters que Rusia podría parar la operación «al instante» si Ucrania se pliega a sus condiciones, entre las que mencionó garantías constitucionales de la neutralidad, así como el reconocimiento de las repúblicas del Donbás y de la soberanía rusa sobre Crimea.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.

Del 24 de febrero al 13 de marzo, las hostilidades en Ucrania causaron la muerte de al menos 636 civiles y dejaron heridos a otros 1.125, pero el balance real es mucho más alto, según la ONU. La mayoría de estas víctimas civiles, entre las que hay 46 niños muertos y 62 heridos, son resultados de ataques aéreos y de artillería. Más de 2,8 millones de ucranianos buscaron refugio en los países vecinos, a lo que se suman unos dos millones de desplazados dentro de Ucrania.

Las bajas militares reconocidas oficialmente ascienden a 498 muertos y 1.597 heridos del lado de Rusia hasta el 3 de marzo, y 1.300 muertos del lado de Ucrania hasta el día 12.
Numerosos países condenaron la operación militar que Rusia lanzó en Ucrania el 24 de febrero pasado y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible.
Decenas de empresas anunciaron desde finales de febrero la decisión de suspender sus negocios en y con Rusia.
Por vez primera, las sanciones incluyen la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, la inmovilización de las reservas internacionales de su Banco Central y, en el caso de países como EEUU, Canadá, Reino Unido y Australia, el embargo sobre la importación de petróleo ruso.