MOSCÚ — El embajador de Rusia en los Países Bajos, Alexandr Shulguín, denunció amenazas y acciones de intimidación contra el personal de su misión.
En una entrevista con el Canal 1 de la televisión rusa, el diplomático dijo que el 4 de marzo alguien arrojó un artefacto explosivo –»un cilindro de gas, que no detonó» – hacia el territorio del departamento consular.
«No fue un caso único. Se enviaron cartas con un polvo blanco a mi dirección, así como al agregado militar y tres diplomáticos más de alto rango. El plan es sacarnos de quicio, intimidarnos», dijo Shulguín.
Al mismo tiempo, el embajador aseguró que su misión mantiene su trabajo habitual en estas condiciones.
Una nota publicada en el sitio web de la embajada dice que los rusos residentes en el territorio neerlandés reciben estos días «amenazas, insultos y demandas de ‘salir de los Países Bajos'».
«Pedimos a todos los rusos que no se dejen provocar y que denuncien de inmediato tales incidentes a la policía. No deberíamos permitir que haya una caza de brujas», señala la legación.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania.
El mandatario ruso pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Del 24 de febrero al 3 de marzo, las hostilidades en Ucrania causaron la muerte de 331 civiles y dejaron heridos a otros 675, según la ONU; más de 1,2 millones de ucranianos buscaron refugio en los países vecinos.
El 3 de marzo, el Ministerio de Defensa reveló que 498 efectivos rusos perdieron la vida y 1.597 resultaron heridos desde el comienzo de la operación especial; las bajas militares del lado ucraniano, según la misma fuente, ascienden a más de 2.870 muertos y unos 3.700 heridos.
Numerosos países condenaron la actuación de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible.
El 3 de marzo, las delegaciones de Rusia y Ucrania celebraron una segunda ronda de negociaciones en la que acordaron establecer corredores humanitarios, con posibilidad de un alto el fuego temporal para permitir la evacuación de civiles.