El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, liberará a los presos con experiencia militar para absolverles de su culpa.
«Fue aprobada una decisión que no fue fácil desde el punto de vista moral, pero útil desde el punto de vista de nuestra defensa. Durante el estado de guerra, los combatientes, ucranianos con experiencia militar real, serán liberados y podrán compensar su culpa en los puntos más calientes de la guerra. Además, se levantan todas las sanciones a quienes participan en la operación antiterrorista. La clave ahora es la defensa», enfatizó el mandatario en su discurso.
Anteriormente, el Ministro de Defensa de Ucrania, Alexéi Réznikov, informó en su página de Facebook que los residentes de Kiev recibieron alrededor de 18.000 ametralladoras.
Por su parte, Zelenski prometió sufragar al mes 3.350 dólares a los soldados ucranianos mientras dure la operación militar rusa en Ucrania.
La Rada Suprema (Parlamento de Ucrania) adoptó en primera lectura un proyecto de ley sobre el derecho de los civiles a las armas de fuego, pero no las de cañón corto. Esta ley autoriza el uso de armas de fuego entre los civiles para proteger la vida, la salud y la propiedad en caso de necesidad. Una vez tomada tal decisión, medios locales reportaron varios casos de saqueos.
El diputado ucraniano de la facción Plataforma de Oposición — Por la Vida, Ilya Kiva, afirmó que la defensa territorial de Kiev dispara a la gente en las calles, decenas de ciudadanos fueron asesinados.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, ya reconocidas por Rusia como Estados soberanos, solicitaron ayuda frente a la agresión por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania. El mandatario ruso también amenazó con llevar a juicio a los autores de «numerosos crímenes sangrientos contra civiles», pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques militares no están dirigidos contra ciudades ucranianas ni ponen en peligro a la población civil, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso el toque de queda en Kiev y la ley marcial en todo el territorio nacional, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar «todas las sanciones posibles» contra el líder ruso.
Numerosos países condenaron en términos contundentes la operación militar de Rusia en Ucrania.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió al presidente Putin «por el bien de la humanidad, retirar las tropas a Rusia» y «no permitir que en Europa comience lo que podría ser la peor guerra desde comienzos de siglo».
Estados Unidos, Canadá, Japón, la Unión Europea y algunos Estados más activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales contra Rusia que, por vez primera, se extienden al presidente Vladímir Putin y al ministro de Exteriores Serguéi Lavrov, prevén la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, el cierre del espacio aéreopara las aerolíneas rusas y la paralización de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia.
El 27 de febrero, el presidente Putin ordenó poner en alerta las fuerzas de disuasiónestratégica de Rusia, dotadas de armas nucleares, ante lo que calificó de sanciones ilegítimas y declaraciones agresivas por parte de los principales países de la OTAN.
Mientras, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, informó el 27 de febrero que al menos 368.000 personas ya cruzaron de Ucrania a Polonia, Hungría, Rumanía, Moldavia y que el número va en aumento.