MOSCÚ — Las Fuerzas Armadas de Rusia destruyeron 821 objetivos militares en Ucrania desde el inicio de la operación especial, declaró el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov.
«En total las Fuerzas Armadas rusas inutilizaron 821 instalaciones de la infraestructura militar de Ucrania», dijo Konashénkov ante la prensa.
El portavoz precisó que fueron destruidos 14 bases aéreas, 19 centros de mando, 24 sistemas de misiles antiaéreos y 48 estaciones de radar.
Según Konashénkov, además fueron derribados siete aviones de combate, siete helicópteros, nueve drones, así como fueron destruidos 87 tanques y otros vehículos blindados de combate, 28 lanzacohetes múltiples, 118 vehículos militares especiales y ocho lanchas de combate.
En la madrugada del 24 de febrero el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el lanzamiento de una «operación militar especial» en el territorio de Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, ya reconocidas por Rusia como Estados soberanos, solicitaron ayuda frente a la agresión por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania. El mandatario ruso también amenazó con llevar a juicio a los autores de «numerosos crímenes sangrientos contra civiles», pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques militares no están dirigidos contra ciudades ucranianas ni ponen en peligro a la población civil, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso el toque de queda en Kiev y la ley marcial en todo el territorio nacional, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar «todas las sanciones posibles» contra el líder ruso.
Numerosos países condenaron en términos contundentes la operación militar de Rusia en Ucrania. Estados Unidos, Canadá, Japón y los países de la Unión Europea decidieron imponer nuevas sanciones a Rusia por la situación en Ucrania, apuntando no solo contra representantes del Gobierno, sino también sus sectores bancario, energético, aéreo y espacial.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió al presidente Putin «en nombre de la humanidad, retirar las tropas a Rusia» y «no permitir que en Europa comience lo que podría ser la peor guerra desde comienzos de siglo».