MOSCÚ — Las fuerzas rusas controlan la zona de la central nuclear de Chernóbil, confirmó el Ministerio de Defensa de Rusia.
El portavoz del ente, general mayor Ígor Konashénkov, dijo que unidades aeromóviles rusas ocuparon la zona de Chernóbil el 24 de febrero y que el personal de la planta nuclear sigue controlando sus instalaciones y monitoreando el nivel de radiación, que se mantiene dentro de lo normal.
«Las acciones conjuntas de efectivos rusos del desembarco aéreo, y los ucranianos del batallón que custodia la central nuclear, son garantía de que grupos [ultra]nacionalistas u otras organizaciones terroristas no podrán aprovechar la situación (…) para realizar una provocación nuclear», destacó el representante de Defensa.
El 26 de abril de 1986 se produjo la explosión del reactor número cuatro de la planta de Chernóbil, el accidente nuclear más grave de la historia.
La catástrofe provocó la contaminación radiactiva de un área de casi 60.000 kilómetros cuadrados y más de siete millones de habitantes en la entonces Unión Soviética.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en el territorio de Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, ya reconocidas por Rusia como Estados soberanos, solicitaron ayuda frente a la agresión por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania. El mandatario ruso también amenazó con llevar a juicio a los autores de «numerosos crímenes sangrientos contra civiles», pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques militares no están dirigidos contra ciudades ucranianas ni ponen en peligro a la población civil, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso el toque de queda en Kiev y la ley marcial en todo el territorio nacional, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar «todas las sanciones posibles» contra el líder ruso.
Numerosos países condenaron en términos contundentes la operación militar de Rusia en Ucrania.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió al presidente Putin «en nombre de la humanidad, retirar las tropas a Rusia» y «no permitir que en Europa comience lo que podría ser la peor guerra desde comienzos de siglo».