Los camioneros antivacunas han declarado que su aspiración es ver caer el Gobierno del primer ministro Justin Trudeau.
La protesta masiva en Ottawa, la capital canadiense, que comenzó con camioneros que se oponían a un mandato de vacunación transfronterizo continúa, 11 días después con acciones que van desde entorpecer el tráfico hasta interrumpir el tráfico del puente que une la ciudad de Windsor, en la propia provincia de Ontario, con el estado de Detroit, en Estados Unidos.
Funcionarios públicos desde el alcalde hasta el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, han pedido a los manifestantes que abandonen la protesta, bajo el argumento que los residentes de la ciudad de poco más de un millón de habitantes no merecen ser acosados.
El concejal de la ciudad de Ottawa, Matthew Luloff, dijo el martes que la protesta se ha transformado en una manifestación más hostil y de mayor alcance contra el Gobierno de lo que se planeó originalmente.
“Algunos de los radicales más conocidos en este país ahora han descendido a la capital. Algunos de ellos están llamando a la violencia. Algunos de ellos están amenazando a políticos individuales”, dijo Luloff, quien también notó la presencia de símbolos de odio y volantes antisemitas en la protesta.
Sin embargo, los manifestantes no muestran signos de ceder y algunos se han mudado a otras áreas de la ciudad, que se encuentra en estado de emergencia desde hace varios días.
Desde el lunes, algunos conductores bloquearon el tráfico en el puente Ambassador, un cruce clave entre Windsor, Ontario y Detroit, al tiempor que obtuvieron el respaldo de más de 100 camioneros de Alaska, Estados Unidos, en un intento por internacionalizar la protesta.