La solicitud de Kiev para que EE. UU. despliegue sistemas de defensa antimisiles THAAD en Ucrania podría conducir a una grave desestabilización, dice Moscú.
Ucrania ha pedido a Estados Unidos que coloque sistemas de defensa antimisiles de gran altitud en una de sus regiones orientales fronterizas con Rusia, informó TASS el lunes, citando una fuente diplomática. El Kremlin ha calificado el movimiento potencial como “desestabilizador”.
Según los informes, Kiev se ha acercado a Washington, buscando tener «varias baterías» de interceptores de misiles Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) desplegados en la región oriental del país de Kharkov, junto con el «equipo de radar correspondiente», dijo la fuente a la agencia de noticias.
“El sistema de radar AN/TPY-2, que forma parte del complejo THAAD, es capaz de observar la situación aeroespacial en una parte importante del territorio ruso y puede permitir que Kiev y sus aliados de la OTAN ‘espíen’ profundamente en territorio ruso durante un distancia de hasta 1.000 km”, explicó la fuente
Cuando se le preguntó sobre el informe el lunes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió que el posible despliegue escalaría aún más la crisis actual en Ucrania.
“Este sería otro paso más hacia la desestabilización de la situación”, dijo Peskov a los periodistas.
Occidente ha enviado recientemente alrededor de 1.000 toneladas de equipo militar para apuntalar el régimen de Kiev en medio de los temores de una supuesta «invasión» rusa inminente. El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmitry Kuleba, reveló el lunes la escala de la ayuda militar occidental y elogió el «apoyo político y económico internacional» que ha recibido Kiev.
“En estas semanas y meses hemos recibido más de 1.500 millones de dólares y más de 1.000 toneladas de armas y armamento”, dijo.
Solo en enero, EE. UU. entregó 79 toneladas de equipo militar a Ucrania, incluidos unos 300 sistemas antitanque Javelin. El Reino Unido también envió una cantidad considerable de armas, entregando misiles antitanque disparados desde el hombro NLAW, así como desplegando instructores militares adicionales para enseñar a las fuerzas ucranianas cómo usar los sistemas.
Si bien los principales funcionarios y medios occidentales han afirmado repetidamente que Moscú está tratando de atacar a su vecino, nunca ha surgido ninguna prueba real de tales acusaciones. Moscú siempre ha negado las acusaciones, manteniendo que no tiene ningún plan para atacar a Ucrania, y agregó que los movimientos de tropas dentro del territorio ruso eran únicamente asunto suyo.