Un político de Crimea calificó a Washington de “cínico, desvergonzado e insolente” por su postura
Las demandas estadounidenses de que Rusia retire sus fuerzas de Crimea son hipócritas y están condenadas al fracaso, dijo un político local, afirmando que tal movimiento sería el equivalente a que Estados Unidos sacara a sus soldados de Alaska.
Yefim Fiks, miembro del Consejo de Estado de Crimea, dijo a RIA Novosti el viernes que a Washington le resultaría imposible negociar si continúa exigiendo que Rusia saque las tropas de la tierra que, según Moscú, es una parte central de su territorio.
“No he visto una formulación más cínica, desvergonzada e insolente de una pregunta en mi vida”, dijo. “En primer lugar, quiero recordarles a los estadounidenses que el diálogo es imposible si no respetas el punto de vista de tu oponente. Segundo, Crimea es una parte constituyente de Rusia. Tendríamos el mismo éxito si le decimos a EE. UU. que retire sus fuerzas de Alaska, California y otros estados”.
Fiks insistió en que Washington necesita aprender a negociar con otros países de manera respetuosa y cortés, y dijo: “entonces podríamos tener una conversación con ellos, pero por ahora, no hay nada que discutir”.
Crimea se incorporó a Rusia en 2014, después de que el gobierno ucraniano fuera derrocado por violentas protestas callejeras. Ucrania, y la mayoría de los demás países, no han reconocido como legítimo un voto público a favor de volver a ser gobernado desde Moscú.
Kiev se refiere a Crimea como un “territorio ocupado temporalmente”, y Estados Unidos ha dicho que la retirada de Rusia de la península es un requisito previo para las discusiones sobre el control de armas. El presidente ruso, Vladimir Putin, defendió el referéndum e insistió en que el pueblo de Crimea ejerció su derecho a la autodeterminación.
Estados Unidos y otros países occidentales han estado advirtiendo durante meses que Rusia podría estar planeando una invasión de Ucrania en un futuro próximo. Moscú ha negado repetidamente las acusaciones y ha pedido acuerdos que limiten la expansión de la OTAN, el bloque militar liderado por Estados Unidos, en Ucrania y Georgia, un acuerdo que los diplomáticos occidentales han rechazado.