Cada vez hay más mercenarios en el sureste de Ucrania (Donbass), que llegan allí disfrazados de instructores militares, dijo a Sputnik el líder de la autoproclamada República Popular de Lugansk (LPR), Leonid Pasechnik.
«Esto no es un secreto en absoluto, son datos oficiales que cientos de instructores extranjeros de países de la OTAN se encuentran en rotación en el territorio de Ucrania… Además, los mercenarios también llegan a Ucrania disfrazados de instructores», dijo Pasechnik.
Señaló que cuando los países occidentales dicen que están enviando 200 instructores a Kiev junto con armamento, para ayudar a entrenar a los militares ucranianos, es probable que estos entrenadores sean especialistas limitados de compañías militares que, en caso de una escalada del conflicto, pueden usar las armas suministradas en la línea de contacto en Donbass.
«Y puedo decirles que no está garantizado en absoluto que estos instructores mercenarios presten al menos cierta atención a las órdenes de los comandantes ucranianos. Tienen sus propios empleadores y sus propias tareas», dijo Pasechnik a Sputnik.
El Departamento de Nuevos Desafíos y Amenazas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha expresado su preocupación por los informes de actividad persistente por parte de las compañías militares privadas (PMC) de EE. UU. en el sureste de Ucrania.
Según LPR, hay mercenarios de la Academi (Blackwater) PMC en Donbass.
Las tensiones en la región se han intensificado en las últimas semanas, ya que Estados Unidos y Gran Bretaña afirmaron que Rusia está planeando una invasión de Ucrania. Moscú negó las acusaciones, calificándolas de noticias falsas y acusando a Occidente de planear una provocación en Donbass. El presidente Vladimir Putin incluso señaló que los países de la OTAN están «inflando» a Ucrania con nuevas armas, lo que crea amenazas de seguridad para Rusia.
El conflicto en el este de Ucrania comenzó en la primavera de 2014 después de que Donetsk y Lugansk proclamaran su independencia. Las autoridades ucranianas lanzaron una operación militar para tratar de aplastar a las fuerzas que buscan la independencia en el este del país después del golpe de Estado respaldado por Occidente en febrero de 2014 en Kiev. La guerra provocó la muerte de hasta 31.000 personas, con decenas de miles más heridos y más de 2,5 millones de residentes desplazados externa o internamente.