Las ideas occidentales son dañinas para la sociedad rusa, han argumentado funcionarios de Moscú.
El Ministerio de Cultura de Rusia ha publicado un borrador de orden que establece los «valores tradicionales» que, según dice, deben protegerse de la invasión de ideas extranjeras, terroristas y extremistas en medio de una «crisis global» para la moralidad pública.
El documento se publicó en el sitio web del ministerio esta semana para su consulta, antes de ser presentado al presidente Vladimir Putin para su firma, y está diseñado para proporcionar «las bases de la política del gobierno para la protección y el fortalecimiento de los valores morales y espirituales tradicionales de Rusia». La ordenanza establece lo que los autores ven como valores rusos integrales y presenta estrategias para defenderlos contra la supuesta incursión de perspectivas extranjeras.
El proyecto de texto define los «valores tradicionales» como «directrices morales que forman la visión del mundo de los ciudadanos rusos, que se transfieren de generación en generación, garantizan la unidad civil, forman la base de la identidad de la civilización rusa y el espacio cultural unificado de la nación, y se manifiestan de manera única y distinta en el desarrollo espiritual, histórico y cultural del pueblo multiétnico de Rusia”.
Según la orden, ejemplos de estos valores incluyen “la vida, la dignidad, los derechos humanos y la libertad, el patriotismo, la conciencia cívica, el servicio a la Patria y la responsabilidad por su destino, altos ideales morales, una familia fuerte, trabajo creativo, priorizando lo espiritual sobre lo material, el humanismo, la caridad, la justicia, el colectivismo, el apoyo y respeto mutuo, la memoria histórica y la continuidad entre generaciones, y la unidad de los pueblos de Rusia”.
El informe afirma, sin embargo, que estos valores están amenazados por fuerzas externas, incluidas organizaciones terroristas y extremistas, corporaciones multinacionales, ONG y Estados Unidos y sus aliados. Entre las ideas extranjeras que se dice que están invadiendo Rusia, los autores mencionan el egoísmo, la permisividad, la «amoralidad» y la negativa a otorgar a Rusia un lugar positivo en la historia y la cultura.
El mes pasado, el presidente Putin dijo a los periodistas que cree que las ideas occidentales progresistas se están infiltrando en Rusia, particularmente en el área de los derechos LGBT. “Creo que el enfoque tradicional es correcto”, comentó. “Hombre es hombre, mujer es mujer, madre es madre y padre es padre. Espero sinceramente que nuestra sociedad tenga la armadura moral para protegernos contra esto”.
En 2013, Putin firmó la llamada “ley de propaganda gay” de Rusia, que prohíbe la distribución de material considerado para promover “relaciones sexuales no tradicionales” entre menores. La legislación, que se aprobó con el objetivo declarado de proteger a los niños de la exposición a la homosexualidad, ha sido criticada a nivel nacional e internacional como un ataque a los derechos LGBT. El Kremlin lo ha defendido como una medida para preservar los valores familiares tradicionales.
El año pasado, Putin firmó la entrada en vigor de una serie de reformas constitucionales tras una votación nacional. Entre ellos estaba la estipulación de que el matrimonio se define únicamente como la unión entre un hombre y una mujer.