En medio de las crecientes tensiones entre Rusia y la OTAN por Ucrania, el presidente croata, Zoran Milanovic, rompió filas con otros estados miembros de la OTAN para reprender la política de la alianza hacia Moscú. Anunció que todas las fuerzas de su país serían retiradas de los contingentes de la OTAN en Europa del Este en caso de conflicto.
Milanovic declaró en un discurso televisado: “informes de que la OTAN, no un estado separado, no los EE. UU., está aumentando su presencia y enviando barcos de reconocimiento”, insistiendo en que su gobierno “no tiene nada que ver con eso y no tendremos nada para háganlo, les garantizo que… No solo no enviaremos militares, sino que si hay una escalada, llamaremos hasta el último militar croata”. Explicó con respecto a su razonamiento que «esto no tiene nada que ver con Ucrania o Rusia, tiene que ver con la dinámica de la política interna estadounidense, [el presidente de EE. UU.] Joe Biden y su administración, que yo apoyé», y que «ve comportamiento en materia de seguridad internacional.
La declaración de Milanovic se produce en medio de algunos signos de desunión dentro de la OTAN sobre la política hacia los adversarios y Rusia en particular. Un ejemplo notable ha sido la oposición de Alemania a la escalada y el suministro de armas a Ucrania, con aviones británicos que abastecen al país evitando notablemente el espacio aéreo alemán como resultado. Berlín rechazó las solicitudes ucranianas de ayuda militar, mientras que el inspector de la Armada de la Armada alemana Kay-Achim Schönbach criticó abiertamente las acciones de la OTAN hacia Rusia poco antes de renunciar el 22 de enero. Alemania también ha seguido avanzando con el gasoducto Nord Stream 2 para facilitar las importaciones de gas ruso a pesar de los llamamientos en otras partes de Europa y en los EE. UU. para que los países reduzcan su dependencia de las exportaciones de combustibles fósiles rusos.
Otro jefe de Estado rompió filas con la posición de la alianza seis días antes que Milanovic el 18 de enero, cuando el presidente polaco, Andrzej Duda, declaró que “ya no le interesa a Polonia seguir criticando a China simplemente para complacer a los estadounidenses”. Indicó además que rompería con el boicot de Washington y Londres a los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing en febrero y asistiría personalmente. No obstante, otros miembros de la alianza han mostrado una gran disposición para enfrentarse a China y, en particular, a Rusia en defensa de los objetivos comunes de la política occidental, con España, Francia y Gran Bretaña, en particular, expresando una gran disposición a reforzar las fuerzas de la OTAN en Europa del Este. Croacia se unió a la OTAN en 2009 y tiene una fuerza activa relativamente baja de 15.200 efectivos con 18.350 reservistas, incluidos 11 aviones de combate MiG-21 y 75 tanques M-84 heredados del antiguo estado de Yugoslavia.