Sarkissian asumió su cargo en abril de 2018 luego de obtener el 90 por ciento de los votos de los legisladores de la Asamblea Nacional, quienes eligen al presidente del país.
El presidente de Armenia, Armen Sarkissian, renunció a su cargo casi cuatro años después de ser elegido y tres años antes de finalizar su mandato, según un comunicado en el sitio web presidencial.
Sarkissian explicó que dejaba el cargo antes de tiempo porque se encontraba incapaz de influir en la situación del país y usar sus poderes para resolver problemas sistémicos en sus políticas interior y exterior. Hizo hincapié en que simplemente nunca había tenido las herramientas que necesitaba para hacer eso.
“Esta decisión no es para nada emocional. Sigue una cierta lógica. El presidente del país no tiene las herramientas necesarias para incidir en los temas más importantes que atañen al estado y la nación”, dijo en su comunicado.
El presidente saliente continuó afirmando que Armenia era una república parlamentaria solo de nombre. Dijo que no buscaba cambiar el sistema de gobierno a semipresidencial o presidencial, sino que quería introducir un sistema estatal basado en controles y equilibrios.
Quiere específicamente que los presidentes reciban más herramientas para dirigir el país. Sarkissian lamentó que lo nombraran garante de la condición de estado como presidente, pero esencialmente no tenía los medios para cumplir ese papel.
«Vivimos en una realidad única; una realidad en la que el presidente no puede influir en asuntos de guerra o paz; una realidad en la que no puede vetar las leyes que considera inconvenientes para el Estado y el pueblo», se quejó Sarkissian.
Sarkissian concluyó que en este momento difícil para Armenia no puede permitir que el cargo de presidente se convierta en blanco de chismes y teorías de conspiración, lo que inevitablemente conducirá a desviar la atención pública de los temas más importantes. Y así decidió renunciar a su cargo antes de que finalice su mandato en 2025.