La amenaza extrema de nuevas sanciones ha provocado consternación y críticas en igual medida.
Los informes recientes de que EE. UU. Está contemplando la introducción de nuevas y duras sanciones que podrían dejar a Rusia sin poder importar teléfonos inteligentes, incluidos iPhones, así como componentes de aviones y otros equipos, han provocado una intensa especulación entre el público en general. ¿Pero qué es la realidad?
1. ¿Qué tan probable es que suceda?
Está claro que, de hecho, podrían introducirse sanciones de esta escala, pero solo en una situación extrema, como la de Rusia y Ucrania que participan directamente en las hostilidades.
2. ¿No habría mayores problemas de los que preocuparse?
Una guerra total entre Rusia y Ucrania haría desaparecer las preocupaciones económicas, dada la magnitud de la crisis política. A nadie le importaría que tal o cual empresa sufra pérdidas en el mercado ruso cuando la mitad de Europa del Este está librando un sangriento conflicto.
3. ¿Qué otras sanciones podrían imponerse?
Si estalla una guerra, se impondrán amplias sanciones, y las telecomunicaciones serán solo una parte de ella. Incluirían bloquear los bancos rusos, presionar a SWIFT para que aislara a Rusia del sistema, eliminar gradualmente las exportaciones de petróleo ruso y detener el oleoducto Nord Stream 2. Las sanciones relacionadas con el sector energético se traducirían en un gran desafío para Europa, por lo que se impondrían de forma gradual y selectiva. Este escenario, sin embargo, es probable si realmente hay una guerra.
4. ¿Qué importancia tienen los productos Apple?
Toda la bravuconería sobre cómo Rusia estaría bien sin los iPhones es errónea. Como hemos visto en el pasado, las sanciones relacionadas con la exportación podrían abarcar componentes fabricados en EE. UU. En equipos fabricados en otros lugares, así como componentes fabricados en el extranjero con tecnología estadounidense. Esto significa que si, por ejemplo, los teléfonos inteligentes chinos o coreanos contienen piezas de fabricación estadounidense o piezas fabricadas con base en soluciones estadounidenses, no se importarán a Rusia. Las autoridades estadounidenses tendrían derecho a enjuiciar a cualquiera que lo haga.
5. ¿Existen precedentes?
Es tentador comparar las posibles sanciones que afectarían al sector de las telecomunicaciones de Rusia con las impuestas por Estados Unidos a China. Estados Unidos ha estado controlando las exportaciones de la industria tecnológica china. Los chinos no pueden vender CPU en el mercado estadounidense, incluso si se fabrican en otros países con tecnología estadounidense. Sin embargo, cuando se trata de China, el objetivo de Estados Unidos es detener los avances tecnológicos de un competidor.
6. ¿Qué significaría para Rusia?
Rusia es una historia completamente diferente. En el caso de Moscú, las sanciones afectarían a la gente corriente y generarían descontento. No tener acceso a ciertos dispositivos o software tendría un impacto en la vida cotidiana. Es difícil predecir qué salida podría encontrar finalmente esta ira.
7. ¿Por qué Washington está contemplando esto ahora?
Si esto realmente sucede, significará un nuevo vector en la política de sanciones de Estados Unidos. En los últimos 20 a 25 años, Estados Unidos se ha centrado en castigar a la élite y poner limitaciones a industrias clave. Intentaron salvar a la gente corriente, aunque, por supuesto, todo el mundo siente el peso de las sanciones. Ahora podrían intentar un enfoque diferente: eliminar alguna tecnología importante a la que todos se han acostumbrado y volver a culpar al gobierno ruso. Es difícil saber a qué podría conducir esto, pero no podemos descartarlo.
En cualquier caso, estos pasos radicales probablemente solo se tomarían si hay un conflicto armado directo entre Rusia y Ucrania. Seguimos pensando que este es un escenario muy poco probable. Sin embargo, todo es posible en la política moderna.
Mientras tanto, todos deberíamos esperar que se pueda desempolvar el famoso teléfono de disco rojo que una vez conectó la Casa Blanca y el Kremlin en tiempos de crisis.