El movimiento ganó notoriedad en 2018, cuando las manifestaciones contra los aumentos de los precios del combustible finalmente se convirtieron en protestas contra las políticas gubernamentales en Francia. La pandemia ha desencadenado una nueva ola de protestas, con manifestaciones que ocasionalmente terminan en enfrentamientos entre los manifestantes y la policía.
Una nueva ronda de protestas contra las políticas del presidente Macron se está llevando a cabo en la capital francesa el día de Navidad, el 25 de diciembre, con manifestantes en las calles contra la vacunación obligatoria contra el coronavirus, los pases de salud y los problemas sociales.
En los últimos meses, los chalecos amarillos han estado protestando contra las políticas COVID-19 del gobierno, especialmente después de que se introdujo el llamado pase de salud. Es un certificado emitido a los vacunados o que tienen una prueba de PCR negativa y que permite la entrada en muchos lugares públicos como restaurantes y cines.
Los chalecos amarillos han evolucionado como un movimiento a gran escala a partir de una serie de manifestaciones contra un alza en los precios del combustible. El foco de las protestas se ha desplazado gradualmente hacia una gama más amplia de problemas sociales en Francia.