Las propuestas de Francia e Italia se producen mientras Europa lucha por frenar la propagación de una nueva cepa de coronavirus denominada Omicron, que ya ha dado lugar a la imposición de restricciones adicionales en varios países.
La Unión Europea necesita reformar sus reglas fiscales para impulsar las inversiones que ayudarán al bloque a recuperarse del COVID-19, ser más sostenible y proteger su soberanía, dijeron el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro italiano Mario Draghi en un artículo de opinión conjunto para el Financial Times.
«Antes de la pandemia, las reglas fiscales existentes de la UE ya necesitaban una reforma. Son demasiado oscuras y excesivamente complejas», dijeron los dos líderes, pidiendo «un marco que sea creíble, transparente y capaz de contribuir a nuestra ambición colectiva de una Europa más fuerte, más sostenible y más justa «.
Macron y Draghi reconocieron que «debemos reducir nuestros niveles de endeudamiento», pero dijeron que no se puede lograr mediante impuestos más altos o recortes insostenibles del gasto social.
El artículo de opinión apunta a la experiencia de los dos años de la pandemia de coronavirus, que, a juicio de los dos mandatarios, mostró las ventajas de alejarse de las reglas fiscales de la UE en favor de «acciones audaces» como la Central Europea. Banco desatando un estímulo monetario considerable para respaldar los préstamos.
En lugar de ceñirse a las reglas fiscales de la UE que consideran demasiado complicadas y obsoletas, Macron y Draghi piden frenar el gasto público recurrente a través de reformas estructurales «sensatas».
«La deuda obtenida para financiar tales inversiones, que sin duda benefician el bienestar de las generaciones futuras y el crecimiento a largo plazo, debe ser favorecida por las reglas fiscales, dado que el gasto público de este tipo en realidad contribuye a la sostenibilidad de la deuda en el largo plazo», dijo el op. -ed lee.
Tanto los líderes franceses como los italianos pidieron que se debatiera sobre nuevas propuestas que no serían «empañadas por la ideología».
Las normas presupuestarias de la Unión Europea prevén limitaciones estrictas a los déficits y deudas gubernamentales para proteger al euro de la devaluación. Desde que se introdujeron las reglas en 1992 en virtud del Tratado de Maastricht, los miembros debían mantener la deuda pública por debajo del 60 por ciento y el déficit público por debajo del 3 por ciento del PIB.
Los debates en torno a las complejas reglas fiscales se han desatado durante mucho tiempo, con diferentes propuestas para modificarlas dentro del bloque.
En particular, algunas sugerencias apuntaron al ejemplo de algunos países no pertenecientes a la zona del euro, como el Reino Unido y Suecia, que tienen reglas fiscales más suaves e introducen «normas fiscales» más flexibles que serían aplicadas por un organismo apolítico. Otras ofertas incluyen hacer permanentes las prácticas implementadas durante la pandemia de coronavirus.