El café en Colombia con más futuro que pasado


La Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), considerada una de las Organizaciones No Gubernamentales rurales más grandes del mundo, nació en 1927 para representar a nivel nacional e internacional a los productores del llamado grano de oro.

En exclusiva con Prensa Latina, Carlos Armando Uribe, director de Asuntos Gremiales de la FNC, destacó que “Colombia tiene una amplia tradición en la caficultura”.

“Son por lo menos 300 años de historia. Aquí el café llegó en 1723, lo trajeron los jesuitas y hoy, después de tantos años de tradición, de la creación de la FNC en 1927, tenemos una caficultura que está en 604 de los mil 103 municipios de Colombia”, subrayó.

Contamos con 540 mil caficultores en 840 mil hectáreas y una producción de unos 14 millones de sacos desde hace unos cinco años, detalló el directivo. “Colombia fue, es y será café y los expertos en esta materia dicen que este producto en el país tiene más futuro que pasado”, enfatizó.

De los 540 mil productores, el 90 por ciento tiene menos de cinco hectáreas y todos se unen y agremian a través de la FNC, una institución democrática, participativa y pluralista, señaló.

Resaltó que en esta nación hay toda una cultura de valores simbolizados en Juan Valdez, que representa la calidad del café y del ser humano con todas sus virtudes.

“En estos momentos estamos con buenos precios propiciados por los caficultores debido a las heladas en Brasil, como efecto del cambio climático, y una petición y reconocimiento del café colombiano de alta calidad”, puntualizó Uribe.

ZONAS CAFETALERAS

En Colombia se produce este grano en diferentes latitudes, por ejemplo, en el norte está el departamento de Magdalena que tiene costas y ahí se dice que ‘el café es con aroma de mar’.

El producto de esa área tiene unas condiciones y un perfil muy característico con cierta acidez, con cierto cuerpo, fruto de una oferta ambiental, y mantiene sus propios clientes, aseguró.

En esa parte están además del Magdalena, La Guajira, César, Santander y Norte de Santander, agregó Uribe.

En el centro figuran entre departamentos caficultores como Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima, Boyacá, donde el café tiene otro tipo de perfil por la oferta ambiental, porque hay suelos adecuados y un clima que le dan otras condiciones al grano allí cultivado.

La zona del sur es muy importante pues buena parte de la caficultura colombiana ha ido para departamentos como el Huila, que es el primer productor; Cauca, Nariño, donde el grano tiene un componente de altísima calidad, realzó.

“Aquí no hablamos de café de Colombia sino de cafés de Colombia por la diversidad de perfiles, lo cual permite tener clientes en todo el mundo”, indicó.

Reveló que todo el café de Colombia es de origen arábigo, y el 84 por ciento de las variedades son resistentes a la roya, resultado de la investigación, servicio de extensión y garantía de compras, lo cual permite que no quede un grano sin venderse, respaldado por promoción y publicidad, todo a cargo de la Federación Nacional de Cafeteros.

MANO DE OBRA JOVEN

De los 540 mil productores registrados en la FNC, hay unos 17 mil menores de 28 años para quienes la entidad desarrolla diferentes programas, en virtud del compromiso con el empalme generacional Uribe, denotó.

“El gerente de la Federación, Roberto Vélez Vallejo, creó desde su llegada hace unos seis años una dirección de desarrollo social, donde el empalme generacional es un elemento fundamental para trabajar”, expuso.

En opinión de Uribe, los jóvenes para quedarse a trabajar en el café deben sentir amor y pasión por este producto, estar orgullosos de ser empresarios cafeteros, gente de lo rural, campesinos, y conocer actividades propias para su cultivo, manejo y producción.

Significó que, en este país, a los dos dólares que vale en la bolsa de New York se adicionan 0.50 centavos por cada libra de café exportado como reconocimiento a la calidad, lo cual puede ser un estímulo para los jóvenes que deseen trabajar en este renglón.

Este sector genera 750 mil empleos directos y un millón y medio indirectos por lo que, en relación con la productividad, calidad, catación, barismo, turismo rural, trilingüismo para exportar y tantos emprendimientos hay oportunidades para muchos jóvenes, pero lo principal es tener arraigo por la tierra, recalcó.

En la Federación hay una preocupación constante y permanente para hacer ese empalme generacional, agregó Uribe. “La caficultura que un joven puede desarrollar ayuda al país, a su estabilidad socio-económica”.

CAMBIO CLIMÁTICO

El experto señaló que los actuales altos precios se deben en gran medida al verano distinto, a las heladas, al déficit hídrico en Brasil, el mayor productor de café en el mundo, por el cambio climático.

“Lo estamos viviendo en el país vecino y no queremos que siga pasando, porque nuestro competidor no es Brasil ni Vietnam sino el cambio climático”, manifestó.

Particularmente en Colombia, un país biodiverso, se produce un café sostenible, es decir, cada parte del proceso productivo como el germinador, almácigo, trazado, control de plagas y enfermedades, beneficio, tiene su componente ambiental.

Afirmó que tiempo atrás, en un kilogramo de pergamino seco se gastaban 40 litros de agua, pero actualmente es menos de un litro, todo ello fruto de la investigación, de la adopción de una serie de prácticas y beneficios ecológicos que hacen sostenible la caficultura.

Recalcó que la FNC tiene una máxima instancia gremial que se llama el Congreso Nacional Cafetero, cuyos 90 miembros se reúnen cada año y su slogan siempre tiene que ver con la sostenibilidad.

Colombia no contamina tanto como otros países, ni es responsable de grandes emisiones de carbono, pero sí es muy vulnerable, por lo que podría estar afectado, el compromiso del país es inmenso, dijo.

Desde la presidencia de la República hay una meta de sembrar 180 millones de árboles hasta el 2022 y la FNC tiene un compromiso para hacer su aporte a este objetivo, comentó.

“De tal manera yo creo que el café de Colombia es sostenible porque se cultiva en relación armónica con el medio ambiente”, remarcó en esta entrevista exclusiva con Prensa Latina

PROGRESOS PESE A CRISIS SANITARIA MUNDIAL

En el contexto actual de crisis sanitarias, enunció, la población de muchos sectores del país tuvo que afrontar dos pandemias: la del coronavirus y la económica.

Sin embargo, los cafeteros solo se enfrentaron a la de Covid-19 pues se generaron buenos precios el año pasado y en este 2021, y el café comenzó a aportar a la reactivación de la economía colombiana, destacó.

“Aquí hay 16 mil veredas, sitios que agrupan varias fincas cafetaleras, en 604 municipios. El año pasado terminamos con el 30 por ciento de esas veredas afectadas y hoy solo nos queda alrededor del tres por ciento a causa de la pandemia”, detalló.

Especificó que desde que comenzó la pandemia de Covid-19, se creó con el apoyo del Ministerio de Salud y de los cafeteros un bioprotocolo de seguridad con una serie de recomendaciones sobre cómo actuar en el proceso productivo y en la convivencia propia de este sector rural, por lo que no fue tan afectado como en las ciudades.

En ese escenario se siguió el trabajo y la búsqueda de espacios en otras partes del mundo, y así recientemente se generaron negocios para abrir tiendas del café Juan Valdez en Turquía y Qatar, además de estar en Suramérica, Centroamérica, Estados Unidos, Europa y Asia.

Otra empresa muy importante es Buencafé Liofilizado de Colombia, que se exporta a más de 100 países y, aún en medio de este escenario, llegó a Filipinas. Se trata de activos de los caficultores colombianos cuyas utilidades son revertidas en beneficio de las familias productoras del grano.

El gerente Vélez Vallejo estuvo este año en Estados Unidos, donde se reunió con los tostadores de ese país, quienes dijeron que el café de Colombia es insustituible por su calidad.

Colombia tiene una cultura cafetera que vivirá por muchísimos años, es un modelo de paz, de estabilidad socioeconómica, en el cual debemos seguir trabajando para lograr un salario próspero para los caficultores, defendió.

“Todavía falta camino por recorrer porque si bien es cierto que hay buenos precios, el país aún no está en la superbonanza, por eso reclamamos frente a los compradores internacionales y los tostadores precios que impliquen recuperar los costos de producción y un salario que genere prosperidad a los caficultores”, afirmó.

Por eso gerentes y directivos de la FNC que tiene tanta acogida en Colombia y el mundo, están tocando estos temas a nivel internacional a fin de lograr ese salario de prosperidad para las familias colombianas caficultoras y del orbe por medio del Foro Mundial de Productores

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