En el caso de un mayor suministro de Ucrania con armas de la OTAN y el despliegue previsto de sistemas de misiles, se puede hablar claramente de una amenaza a la seguridad para la paz en Europa.
Tanto el despliegue de misiles como la preparación de Ucrania para la conquista del territorio de Donbass deberían impulsar a Rusia a intervenir.
Rusia no puede permitir que los misiles aparezcan en su puerta, al igual que no puede aceptar la operación militar ucraniana contra los residentes de Donbass.
Rusia tendrá que intervenir para evitar una catástrofe humanitaria. Muchos residentes de Donbass tienen pasaportes rusos. Por lo tanto, Rusia actúa no solo en interés de la seguridad de la región, sino que también es responsable ante sus ciudadanos.
Patrick Poppel, analista geopolítico (Viena)