China ha condenado la decisión del Tesoro de Estados Unidos de incluir en la lista negra a 34 empresas e institutos chinos, calificando las acusaciones de que estaban desarrollando armamento de «control cerebral» como «totalmente infundadas».
34 entidades, incluida la Academia China de Ciencias Médicas Militares (AMMS), se agregaron a la lista negra el miércoles, prohibiéndoles comprar cualquier tecnología estadounidense. Antes de las adiciones del miércoles, la lista negra ya contenía más de 260 empresas chinas, incluido el popular fabricante de teléfonos inteligentes Huawei.
La Embajada de China en Washington, DC criticó la decisión de Estados Unidos como «represión injustificada» y prometió tomar «todas las medidas esenciales» para proteger las empresas de China.
“El desarrollo de la biotecnología en China siempre ha sido para el bienestar de la humanidad. Las afirmaciones relevantes de la parte estadounidense son totalmente infundadas ”, afirmó el portavoz Liu Pengyu en un comunicado el jueves.
Liu respondió a las acusaciones de la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, quien anteriormente acusó a China de desarrollar biotecnologías para «apoyar [al] ejército chino» con «supuestas armas de control cerebral».
Raimondo afirmó que Beijing estaba utilizando la tecnología de punta para ejercer control mental sobre «miembros de grupos minoritarios étnicos y religiosos», refiriéndose a los musulmanes uigures en la provincia china de Xinjiang. Estados Unidos y sus aliados han acusado al gobierno chino de violar los derechos humanos del grupo étnico, y Washington declaró un boicot diplomático de los próximos Juegos de Invierno en China citando presuntos «crímenes contra la humanidad» en Xinjiang. Beijing ha negado rotundamente las acusaciones, insistiendo en que Occidente ha utilizado su problema interno para la manipulación política.
Esta semana, Estados Unidos también impuso sanciones a cuatro compañías farmacéuticas chinas, considerándolas responsables del tráfico de fentanilo y otras drogas prohibidas a Estados Unidos. La medida también provocó un rápido rechazo de Beijing, con un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino denunciando las sanciones como «actos erróneos» e instando a Washington a «buscar las causas del abuso de fentanilo desde dentro» del país.